Mediación Pedagógica para el Intercambio Humanitario

Posted on viernes, 28 de octubre de 2011 and filed under , , . You can follow any responses to this entry through theRSS 2.0 . You can leave a response or trackback to this entry from your site



Hernando Vanegas Toloza, navato@gmail.com

En momentos en que pareciera que las partes –gobierno y guerrilla- dan a los mediadores –el presidente Chávez y la senadora Piedad Córdoba- los mismos puntos de vista que han impedido concretarlo en 5 y algo más de años, convendría abordar el Intercambio Humanitario desde la óptica del pensamiento complejo y utilizando como instrumento la Mediación Pedagógica.

Quizá las partes –gobierno y guerrilla- han visto desde la óptica de cada uno qué ganaría y que perdería el otro con esta reafirmación, pero es imprescindible abordarlo, ahora sí, con toda la gama de posibilidades que nos brinda mirarlo como un problema complejo y sencillo al mismo tiempo, que nos permitiría ir desbrozando un camino que nunca será fácil, que siempre estará lleno de contradicciones e incertidumbres.

Por ello, creo debemos mirar –nada más mirar- lo que consideramos virtudes y sus defectos de cada una de las partes. Este ejercicio intelectual nunca estará completo y siempre se le irá sumando nuevas y refrescantes razones para su ejercicio.

El gobierno

En una visión que podemos calificar de simple, es decir, una típica visión cartesiana-newtoniana, el gobierno ha insistido a lo largo de este tiempo en el desconocimiento y aborrecimiento del otro, y por ello recurre a descalificar la posición de la guerrilla, sin ver que al hacerlo se descalifica de por sí él mismo.

La utilización de epítetos, el lenguaje soez, el señalamiento de todo lo malo es ‘culpa de la guerrilla’, etc, no sólo demuestra una impotencia en los funcionarios gubernamentales, sino también una escasez de recursos intelectuales para ver y vencer al otro.

Ello se vé palpable en torno del despeje de Pradera y Florida. Han pretendido que la población cargue con la culpa de que la guerrilla las haya escogido como lugar de reunión y les dan tratamiento de guerra, convirtiendo en enemigos quienes debían recibir un trato por lo menos más respetuoso.

El gobierno plantea que ‘nunca’ despejará y esgrime como argumento el despeje del Caguán. Quiere hacer olvidar de los colombianos lo que fue el Caguán. El único laboratorio de paz que ha habido en el país, amén de ser una zona en donde no se cometió ni un solo delito durante. La Mediación Pedagógica desarrollada en el Caguán ha sido única en la historia del país e involucró a todos los sectores sociales, comenzando por empresarios, campesinos, indígenas, trabajadores, mujeres, artistas, etc.

El gobierno vé en las FARC una obcecación en torno del despeje de Pradera y Florida, en tanto no vé que su ‘no despeje’ es equiparable y que es quizá la parte más incluyente del tira y afloje del Intercambio. Porque identifica en las FARC un hilo conductor en su posición y porque ha insistido en la necesidad de sentarse a negociar –las dos partes- para en esa negociación mirarse los dos, adentararse en ese diálogo en el ser íntimo del otro e iniciar –o continuar- ese proceso de re-aprendizaje de que quien es hoy enemigo quizá mañana sea pueda mirar como parte de la gran familia colombiana.

De qué otra manera podría darse este Intercambio que sea fructífero de la gran familia Colombiana, sin que todos salgan gananciosos de él, porque todos deberían salir gananciosos del Intercambio. Unos más, otros menos. Porque un Intercambio que no permita sentarse a dialogar las partes es una pérdida inmensa para los colombianos. Y mientras los colombianos no puedan re-encontrarse con su otro yo –el enemigo- no podrán transitar por los caminos de reconciliación, y se convertirá en un escollo en la paz de la región.

Además la posición del gobierno –que parte de un supuesto de que está ganando la guerra, cuando la realidad es que puede ser al revés- puede llevar a un peor escenario para ellos. Ese peor escenario que le puede suceder al gobierno colombiano es la conformación de un conglomerado de países que quieran el Intercambio a nivel internacional –Francia, Estados Unidos, Venezuela como interesados directos y Suiza, España, Bolivia, Ecuador, como indirectos- y que por obcecación no esté en ese grupo de países y que ‘por razones de estado’ se lo impongan. La liberación de Rodrigo Granda es una muestra de que esto es posible.

Y viéndo cómo se desarrollan los acontecimientos en los propios Estados Unidos, en donde no sólo son crecientes las voces que denuncian los lazos con los paramilitares, sino también la violación de derechos humanos, en las cuales adquiere inusitada relievancia el asesinato de sindicalistas porque para los estadounidenses y los europeos un sindicalista es sólo un miembro de un sindicato con un papel de defensa de los intereses de su sindicato, nunca un subversivo.

Si a lo anterior le sumamos las críticas de Hilary Clinton al TLC con Colombia, y la bancada demócrata, las ‘razones de estado’ adquieren cada día más importancia en la fragilidad que ostenta el gobierno, por no decir en la ‘agonía’ como lo propone la revista Foregin Affair.

Las FARC

El lenguaje de las FARC por el contrario y a pesar de la provocación que implica el uso de epítetos del gobierno colombiano, es un lenguaje asentado, de respeto al ‘enemigo’. Salvo contadas ocasiones, cuando el lenguaje del otro está en su clímax, la organización guerrillera hace gala de una mesura verbal que pareciera son ellos los ‘funcionarios del estado’.

Ello es así por el talante y personalidad de los líderes guerrilleros que se puede concluir viéndolos por TV y leyéndolos en sus escritos y documentos. Manuel Marulanda Vélez ha sabido transmitir a todas las personas bajo su mando la necesidad del trato digno del ‘enemigo’ hasta el punto de prohibir, por ejemplo, el uso de la palabra ‘chulo’ con que los guerrilleros designaban a la tropa oficial. Los miembros del Secretariado Nacional de las FARC son casi alérgicos a las cámaras y a la vitrina. Y quizá ahí está una de sus mayores fortalezas.

Además la victoria obtenida contra los Planes Colombia, Patriota y Consolidación, puede hacer que las FARC esté en un momento alto de su accionar. Ninguna organización guerrillera ha soportado tan violentos embates. Nacida como producto del experimento yanqui de ataque al ‘enemigo interno’ al lanzar 16.000 soldados y la aviación contra ellas, ha sabido sobrevivir y crecer hasta el punto que hoy enfrenta el Plan Colombia (en su versión Patriota y Consolidación) con tropas especializadas y bombardeos por parte de la aviación, en razón de ello las FARC ha sido catapultada a estar en el centro de la política del país y su presencia a nivel internacional no es desdeñable.

Pero así como la ‘obcecación’ es su hilo conductor, la no flexibilidad a la hora de ver los cambios crecientes en un mundo con unos tiempos globalizados y superacelerados, pueden dar al traste con este ventaja táctica. Sabemos de la enorme capacidad de la organización insurgente para mirar lo único y lo múltiple, pero nos asalta la duda de si está en capacidad de ver que lo único es múltiple y lo múltiple es único al mismo tiempo y que las contradicciones se pueden resolver dialéctica y dialógicamente.

Los mediadores

En el escenario del Intercambio Humanitario juegan un papel imprescindible los mediadores. Hemos percibido que la flexibilidad es primordial y caracteriza tanto al presidente Hugo Chávez como la senadora Piedad Córdoba. Igualmente la capacidad de comunicación está solucionada tanto de parte del gobierno como de la guerrilla, de cada uno con los mediadores pero no entre ellos.

Aquí juega la capacidad de hacer que los ‘inamovibles’ se conviertan en el generador de la cercanía o el ‘contacto’ entre gobierno y guerrilla. Ya de por sí el presidente Chávez y la senadora Córdoba son hilos conductores entre gobierno y guerrilla, que quiéranlo o no los pone en contacto. Pero se hace necesario que el ‘inamovible’ del despeje de Pradera y Florida que está presente en las partes, cada una con su posición, es al tiempo punto de unión, de cercanía, y punto de distanciamiento. Toca entonces a los mediadores hacer que ese ‘inamovible’ sea el agenciador de todo el movimiento que debe generarse en torno al Intercambio. Movimiento que debe llevar al diálogo –cercanía, unión- entre las partes para poder realizar el Intercambio.

Este movimiento implica lógicamente una gran dosis de paciencia para poder vencer los aparentes arranques de ‘terquedad’. Si una de las partes no deseara realmente el Intercambio, creo yo, los mediadores no podrían hacer esto público, en cuyo caso la opinión internacional –los países directa e indirectamente interesados- estarían en la obligación de jugar su papel al imponer al ‘terco’ las ‘razones de estado’ y las ‘razones de humanidad’ que tiene implícito el Intercambio.

Desde luego, el papel de mediador es supremamente difícil y lleno de incertidumbres, pero siempre se irán venciendo en la medida en que nuestro norte sea siempre el Intercambio y la alegría de las familias de los prisioneros y de las partes –gobierno y guerrilla- por tener entre ellos a los suyos.

La mediación

La mediación implica la necesidad de desarrollar una mediación pedagógica entre las partes y realizar el re-aprendizaje de conceptos que la realidad nos muestra que están ahí. Incluso contempla implícitamente el aprendizaje por parte de los mediadores sobre la personalidad, la manifestaciones de esa personalidad y las creencias que cada uno tenga sobre sí mismo, de las partes.

Este papel de mediador conlleva entonces un re-aprendizaje de la realidad y de los personajes en ella comprometida. Ello conlleva también el re-aprendizaje del propio papel de mediador así como el del propio valor del agente como mediador.

Las herramientas con que cuentan los mediadores, como ya se planteó anteriormente en ‘El imperativo de una mediación pedagógica para la paz en Colombia’ [1], son “la Biopedagogía del maestro Francisco Gutiérrez, de la teoría del caos de Prigogine, del pensamiento complejo de Edgar Morin, de la biología del amor y la teoría de la autopoiesis de Maturana y Varela, de las teorías educativas de Gallegos Nava, así como rescatar los saberes ancestrales de nuestros indígenas y del pensamiento de avanzada en Colombia y latinoamericano, para ir conformando un todo que nos permita resarcirnos de los más de 500 años de estar ciegos ante nosotros mismos y agredirnos mutuamente, violentando al otro, persiguiendo al diferente, para desarrollar acertadamente esta Mediación Pedagógica para la Paz de los colombianos que realmente deseamos la paz para vivir la vida en paz”.

La mediación nos lleva, empezando apenas a transitar por los caminos por la Mediación por el Intercambio, a plantear y mirar más allá, a la Mediación por la Paz en Colombia, para caminar, encontrarnos, orientarnos, perdernos, extraviarnos, reencontrarnos, creernos, dudar, redudar, amar, odiar, sentir placer y dolor, vivir muertos la vida y en la lucha por la vida vivir muertos de la risa la muerte, en fin, vivir y revivir la vida en espiral como un bucle, como hombres y mujeres complejos.


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[1] El imperativo de una medación pedagógica para la paz en Colombia, H. Vanegas. 2006. Ver en http://deorumars.blogspot.com/2006_08_01_archive.html

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