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INVESTIGACIÓN DIALÓGICA, RESISTENCIA AL PENSAMIENTO ÚNICO
Por: Alfredo Ghiso*
“Construir un paradigma alterno requiere creatividad con el fin de seleccionar los tópicos adecuados de investigación y fundamentarlos como sujetos pertinentes de estudio y acción. Ojala se haga esto sin peligros de violencia o amenazas de intereses creados, como ha ocurrido antes. Aquí es donde se juegan la imaginación y el coraje unidos en la construcción de la ciencia: los necesitamos a ambos con urgencia y con características holísticas, con el fin de superar nuestras presentes frustraciones y curar la parálisis parcial que sufrimos ante tan agudos problemas. Se precisa coraje e imaginación para convertirnos en constructores y defensores eficaces de culturas y civilizaciones protagonistas en la búsqueda de un desarrollo que nos dignifique, nos reconcilie con la naturaleza y abra espacios para intervenir en la definición del futuro.”[1]
Orlando Fals Borda[2]
En su memoria.
"Prohibido pensar", o "Déjenos pensar por usted".
(Reflexiones sobre contextos vividos)
La historia de la imposición de un “pensamiento único”[3], en occidente, data de varios siglos, tanto como las luchas de resistencia; siendo esta contradicción uno de los motores de la historia. En estas gestas emancipadoras muchos han caído debajo de la espada, el hacha, la guillotina, otros miles han sido quemados, fusilados, encarcelados, desaparecidos, desplazados y exiliados. En su nombre se han incendiado bibliotecas, hecho cenizas libros, ardido escuelas y universidades. Reyes, tiranos, religiosos, dictadores, líderes, medios y tecnologías de la información y comunicación han estado vinculados a su promoción, difusión e imposición, buscando hacerlo norma y normal, naturalizándolo en la cotidianidad, volviéndolo creencia y cultura de los pueblos y certificándolo en sus instituciones. La sociedad en sus inercias lo ha legitimado, lo ha creído y busca refrendarlo.
Pero, ¿Qué es el pensamiento único? Podríamos pensar que es la versión en términos ideas, conceptos, valores, argumentos y justificaciones de un conjunto de intereses patrocinados por fuerzas político-económicas hegemónicas. Hoy, están asociadas al capital internacional y se expresan por medio de instituciones económicas y monetarias como: Banco Mundial, Banco Interamericano de desarrollo, Fondo Monetario Internacional, Organizaciones de Cooperación y Desarrollo, entre otras, y de acuerdos económicos como los Tratados de Libre Comercio.
Es por medio de financiaciones, créditos y planes de ayuda que vinculan y certifican, al servicio de sus ideas e intereses, numerosos centros de investigación, universidades, organismos estatales, organizaciones no gubernamentales y medios de comunicación masiva que, apoyados en los avances tecnológicos, perfilan y expanden este discurso anónimo que parece de todos; este pensamiento naturalizado; esta certidumbre verosímil que es retomada, reproducida y enriquecida en la cotidianidad de los pueblos del planeta.
Algunas facultades de ciencias sociales, económicas y políticas, y algunos investigadores, docentes, periodistas, ensayistas y políticos legitiman y se hacen eco de las principales tesis que fundamentan el pensamiento único; que, en palabras de HUGO ZEMELMAN, (2007) darían cuenta de “los parámetros de lectura que impone la lógica del poder en su capacidad para imponer una mirada a la realidad circundante.” El autor entiende por lógica del poder “la visión de la realidad y de sus posibilidades vinculada a la exigencia de las políticas dominantes, no en una aceptación coyuntural sino estructural y de largo tiempo”; dejando a los grandes medios de comunicación a algunos miembros de la academia, su divulgación y reproducción simbólica.
Es por ello, que en la actualidad, éste no requiere de ningún inquisidor, porque cualquier pensamiento de resistencia simplemente se neutraliza, se homogeniza, se empaqueta y se pone de moda. Así se lo inhibe, trastorna, paraliza y se lo sofoca. Por eso se enquista en todos los ámbitos configuradores de subjetividades: los medios de comunicación, la política, la economía y las preferencias sociales; expresándose en el mercado, en los deseos y sueños de la gente, en la literatura, en la publicidad, en el ocio, en la ideología, en toda cotidianidad. Convirtiéndose en una doctrina única, homogenizadora, autorizada por un invisible y omnipresente aduanero, vigilante de lo que se dinamice en la opinión pública.
Este dogma, tiene una característica que es bueno advertirla, impide la posibilidad de visualizar nuevos modelos, por fuera del hegemónico. Se impone frente a lo que aparece como lo radicalmente otro; por ello lo diverso es atacado de manera agresiva propiciando visiones uniformizantes y actitudes intolerantes. Un pensamiento que reduce la diversidad, que restringe las posibilidades de ser, que redondea las aristas y que se impone de manera violenta sobre los nichos donde los sujetos configuran su condición humana desde las contradicciones, marcadas en la actualidad por un pensar provisional, atemporal, efímero, precario, momentáneo, frágil, débil. El pensamiento único silencia la dimensión histórica de la realidad social y a través de múltiples mecanismos de exclusión, informativos o de consumo inhabilita a las personas para reconocer cómo llegaron a ser lo que son, lleva a desproblematizar el presente y el futuro, asumiéndolos como los únicos posibles. Pensamiento que consagra al mercado como el único agente de regulación social.
Lo más grave es que desde éste lugar no va a darse una propuesta que se contraponga al modelo neoliberal de sociedad. Es trágico reconocer que siendo seres soñadores, las condiciones estructurales y las dinámicas de constitución de subjetividades nos han llevado a dejar de soñar, ámbito en el que germina el deseo por el conocimiento, los lenguajes y las imágenes con las que pensamos; por eso es que la emoción, la imaginación, la ensoñación, el juego, el goce estético de las relaciones intersubjetivas quedan limitadas, eliminadas o exiliadas por el pensamiento único; esto se debe a que los intercambios simbólicos se consideren, sólo, en la lógica enajenación o de la alienación y se los entiende como valor de cambio y con su correspondiente ganancia.
La manipulación de las emociones y del pensamiento es tan grande que las personas olvidan de someter a reflexión permanente todo aquello que se les propone, les dice, o todo aquello que hacen, llegando al extremo de creer normal, racional, digno y ético, lo que es anormal, irracional, indigno y mentiroso. Esta manipulación se transmite a las futuras generaciones a través procesos educativos acreditados y estandarizados que imponen un pensamiento único globalizado, mediante enseñanzas a-críticas y a-históricas, donde el constructivismo dialógico es ineficiente, por lo que se rescata el modelo de trasferencia informativa, lo que supone trasmitir el conocimiento desde la neutralidad valórica y la objetividad, difundiendo una serie de modelos o estereotipos como herramientas de conocimiento y promoviendo un tendencia ideológica caracterizada por el silencio, la conformidad y el no cuestionamiento de las exclusiones y desigualdades mantenidas y producidas por el modelo.
Pensamiento único e investigación social
Entre los rasgos distintivos del pensamiento único podemos resaltar algunos, que afectan profundamente las formas de entender el conocer, el pensar y el indagar. En este marco perduran los reclamos por la neutralidad, objetividad y cuantitatividad, se hace evidente la exigencia de un conocimiento rápidamente eficaz, aplicable, pragmático y sobre todo mercadeable.
El pensamiento único no admite reflexividades que pongan en duda valores que atenten la oferta de productos/respuesta y su relación con los medios masivos de comunicación y el mercado; por eso, es enemigo del proceso de creación, de la “poiesis” social, de lo sutil e impalpable de los imaginarios simbólicos y de los sentidos que generan incertidumbres y ruidos en las interacciones entre los sujetos y de éstos con los bienes materiales.
El pensamiento único siempre tiende a ennoblecer al sujeto que consume, aplica, ejecuta conforme a lo normado y certificado, pero somete y estigmatiza al sujeto creador, que cuestiona, que relaciona el pensar con el hacer y que se resiste a perder su autonomía. El pensamiento único profundiza las diferencias entre los que piensan y los que hacen, entre la teoría y la práctica, entre los que prescriben el método y los que siguen la receta. Un pensamiento que niega a la reflexividad necesaria al decidir y actuar, que le teme a la inquietud y a las irregularidades; un pensamiento que aísla la diversidad para generar homogeneidades manejables, excluibles y desechables. Un pensar para receptores, complacientes, pasivos; ineficaz cuando de ganar autonomías se trata; un deliberar que se aquieta y amedrenta a la hora de recrear el actuar y instaurar las respuestas.
En otras palabras: “Estos límites plantean además las opciones sociales desde las que se construye el conocimiento: lo que significa entender a la realidad desde las exigencias del cómo y para qué construirla en una u otra dirección. Reviste un significado relevante cuando observamos que los parámetros se imponen sin mediar muchas veces conciencia alguna del investigador, son los que confieren a los fenómenos el estatus de reales: con el agregado de establecer su identidad como única y excluyente de otras posibles.” (ZEMELMAN, 2007: 06)
Al seguir esta ruta se pone más atención en transferir y extender un conocimiento restringido, etiquetado, organizado, que permita un hacer eficiente y de acuerdo con los manuales de productividad y calidad; lo que implica evitar, en el proceso de formación el pensar “entendido como la capacidad de romper con los límites de lo establecido” (ZEMELMAN, 2007: 07) De esta manera algunos investigadores restringen su imaginación y su creatividad y terminan por admitir las barreras impuestas por “las epistemes institucionales”, dedicándose a labores instrumentales, a veces sofisticadas y sutiles, pero dependientes de los requerimientos que plantean las hegemonías en el poder, siendo su tarea la de medir factores, describir, apreciar, aplicar indicadores y valores; desconociendo, muchas veces, que se lo ha inhabilitado epistemológica, política y éticamente para indagar en lo profundo de los hechos sociales: historia, contradicciones, conflictos y potencialidades. (ZEMELMAN, 2007: 07- 08)
Las actividades investigativas y académicas, como todas las prácticas sociales están siendo penetradas, manipuladas, orientadas y utilizadas por quienes limitan “su inteligencia a una habilidad profesional o técnica; ya que se desconoce su naturaleza rupturista que requiere intelectuales capaces de conocer de lo más específico, aunque sin perder una visión de lo global, por lo menos en la acepción de hacer parte de un proceso más amplio y de naturaleza transcoyuntural. La ciencia requiere de la permanente construcción de nuevos ángulos desde los cuales construir conocimiento…” (ZEMELMAN, 2007: 12) lo que es imposible si se recurre a la lógica que impone lo que hemos venido denominando: “pensamiento único”.
Diálogo como práctica social de resistencia.
“Las personas no son idiotas culturales” afirmaba Garfinkel y se puede evidenciar como en la historia humana han habido grupos sociales, pueblos y/o comunidades que han creado condiciones, formado habilidades y dispuesto de capacidades para entablar diálogos, con el fin de recrear prácticas culturales, acceder y apropiarse de conocimientos con el fin de interpretar la realidad, crear o recrear las estructuras culturales, sociales y económicas.
El diálogo es el ámbito del encuentro donde las personas se potencian para la tarea común de saber y actuar; es la fuente de poder desde su eventual carga de criticidad y realidad contenidas en la experiencia, las interacciones, los lenguajes y las palabras. Sin querer plantear imágenes ilusorias o para alguno retomar un viejo fetiche, la práctica dialógica tiene la potencia y la capacidad de reinvención, de reconocimiento y de conocimiento. El diálogo es una actitud y una praxis que impugna el autoritarismo, la arrogancia, la intolerancia, la masificación, porque es la forma de superar los fundamentalismos y de posibilitar el reconocimiento de los campos de acuerdos y desacuerdos, de equilibrios y de conflictos entre semejantes/diferentes.
Como toda práctica social el diálogo es intencionado, interesado, generado desde opciones y “Si el diálogo es el encuentro de los hombres para ser mas, este no puede realizarse desde la desesperanza. Si los sujetos de diálogo nada esperan de su quehacer, ya no puede haber diálogo. Su encuentro allí es vacío y estéril. Es burocrático y fastidioso.” Decía Paulo Freire en 1970; y agregaba “El diálogo es una exigencia existencial. Y siendo un encuentro que solidariza la reflexión y la acción de sus sujetos encauzados hacia el mundo que debe ser transformado y humanizado, no puede ser reducido a un mero acto de depositar ideas de un sujeto en el otro, ni convertirse en un simple cambio de ideas consumadas por sus permutantes.”
El diálogo es el nicho de interacción en el que se otorgan significado y se descubren los sentidos de las prácticas, los deseos, las aspiraciones, los sueños, las esperanzas y la historia, al posibilitar el intercambio de discursos y de conversaciones críticas cargadas de realidad y de posibilidad.
“La existencia en tanto humana no puede ser muda, silenciosa, ni tampoco nutrirse de falsas palabras sino de palabras verdaderas con las cuales los hombres transforman el mundo. Existir humanamente es pronunciar el mundo.” “Los hombres no se hacen en el silencio, sino en la palabra… decirla no es privilegio de algunos sino derecho de todos los hombres.” “El diálogo es este encuentro de los hombres, mediatizados por el mundo, para pronunciarlo.” “No hay diálogo verdadero si no existe entre los sujetos un pensar verdadero. Pensar crítico que, no aceptando la dicotomía, mundo hombres, reconoce entre ellos una inquebrantable solidaridad. Este pensar percibe la realidad como un proceso, que la capta en constante devenir y no como algo estático. La forma de pensar no se dicotomiza a si misma de la acción y se empapa permanentemente de temporalidad, a cuyos riesgos no teme.” afirmaba Freire
La construcción dialógica quiebra el pensamiento único, por la presencia subversiva de la pregunta, de la duda, de la insatisfacción, de la indignación frente a la realidad. La pregunta alimentadora del diálogo emerge como afirmación del sujeto, capaz de correr riesgos, capaz de resolver la tensión entre la palabra y el silencio, entre lo que piensa y lo que hace, entre el yo, el tú y el nosotros. De esta manera la pregunta confronta la respuesta única y definitiva, la pregunta se repliega y refleja sobre si misma, porque en el diálogo como práctica social, tampoco existen preguntas definitivas. Por ello nos atrevemos a afirmar que toda reflexividad crítica es reflexividad dialógica
Investigación dialógica, práctica de resistencia
Existen sistemas teóricos en ciencias sociales que niegan el sujeto, dejando todo en manos de las estructuras de poder; Otras teorías que recuperan al sujeto señalan que es a través del diálogo que las personas se constituyen en agentes transformadores de sus contextos. Por ejemplo, las propuestas de metodología comunicativa crítica, consideran que las personas son actores capaces de elaborar interpretaciones reflexivas y de crear conocimiento; abandonando su instrumentalización y optando por categorías capaces de leer algo más que las incapacidades y los déficits, que impiden reconocerlos como sujetos sociales, dueños de sus vidas y proyectos.
Desde esta perspectiva de investigación social, la naturaleza de la realidad social es una construcción humana dialógica cuyos significados son construidos de forma comunicativa a través de la interacción entre las personas; por otra parte la realidad social se conoce en el diálogo, y el conocimiento es producto y productor de nuevas interacciones comunicativas. Por su lado, la metodología que se utiliza se genera relacionando tres conceptos asociados: diálogo, interacción, comunicación crítica donde las personas involucradas en el proceso participan develando los hechos, negociando comprensiones, ampliando explicaciones y proponiendo prácticas capaces de transformar.
La investigación social dialógica como práctica social de resistencia no opera desde lo espontáneo, es una práctica intencionada, formativa y constructora de ambientes de reflexión y autorreflexión (crítica), y de intersubjetividad (comunicativa). El problema aquí no son las técnicas de generación de información, (reconociendo que no hay técnicas neutras) la clave de su diseño y aplicación está en la naturaleza e interés que las configura: comunicación, interacción y diálogo crítico.
La investigación dialógica requiere entonces refundamentar metodologicamente el preguntar, describir, relatar, escuchar, opinar, interpretar y comprender. La orientación dialógica busca el conocimiento en la interacción (conflictiva y tensionante) de los sujetos, reconociendo que los procesos de interpretar y dar sentido a la realidad requieren del reconocimiento y del dialogo entre inteligencias culturales y conciencias práxicas. Es a través de la intersubjetividad, de la interacción con el entorno y de la capacidad de reflexión y autorreflexión que se propicia el análisis de la realidad más reflexivo y crítico. A este proceso de construcción de conocimiento basado en la comunicación y diálogo lo denominamos investigación dialógica, esta no es compatible con epistemes o lógicas de poder que impongan lo que es bueno o verdadero mediante ejercicios autoritarios, persuasivos o represivos, propios de la divulgación y aplicación del pensamiento único.
En la investigación dialógica, la reflexión crítica, el avance en un conocimiento para la acción transformadora, se genera en el cruce de voces, sin que ninguna de ellas tenga privilegios sobre las otras. Porque en esta propuesta investigativa no se pretende hablar de los otros, sus contextos y de sus textos; sino con los otros, sus contextos y textos. La investigación dialógica forja el ambiente en el que el otro, el silenciado, recupera su voz, conquista su expresión como diferente y por lo tanto la verdad. Por esto, el texto con mayúsculas, no existe como único, sino que se lo reconoce como configuración de un acuerdo producto de contrastaciones, comparaciones y convergencias entre múltiples textos.
El conocimiento dialógico implica la existencia de sujetos en disposición de encontrase crítica y dialécticamente con el logos, los argumentos, las imágenes, experiencias, percepciones y comprensiones de otros sujetos, donde ambos viven la tensión de conquistar, recuperar su capacidad de expresión. El problema de la tensión dialógica no está situado en la mismidad sino en el ser-en-lo-otro: mi lugar en el mundo es también el lugar de otro, del prójimo, del semejante. Y la semejanza, lo no idéntico, lo que no es lo mismo ni igual, lleva entonces la marca de una diferencia. "El otro - no es solamente un alter-ego, es aquello que yo no soy" (Levinas, 1994).
En este tipo de ejercicios investigativos la verdad no está allí, en algún lugar o momento para que se "descubra", sino que es una emergencia interesada, construida en un contexto cultural específico por sujetos que optaron por el diálogo, por ello es que no es una, ni única. Lo que nos permite suponer o sospechar que hay otras verdades posibles, otras miradas o interpretaciones de la realidad que entrarán a debatirse. (La dialéctica pervive en la investigación dialógica)
La investigación dialógica opera en torno a tres potencias necesarias, pero no suficientes en los sujetos que conocen:
ü La potencia de “comprensión dialógica" como posibilidad de leer en profundidad y de acercarse al sentido; reconociendo que nunca es un sentido único.
ü La potencia de la expresión, pone en escena, voces, trazas, huellas, textos.
ü La potencia de la apropiación de la palabra, el saber, la experiencia, la teoría ajena en mi.
Para que esas se den, se requiere que a lo largo del proceso de investigación dialógica se posibiliten experiencias, que potencien:
ü Autoconocimiento. que permite una clarificación de la propia manera de ser, pensar y sentir. Donde las personas descubren los puntos de vista y valores personales, posibilitando un conocimiento progresivo y crítico del sí mismo.
ü Autonomía es la persona la que establece sus propias opciones en torno a principios de valor -éstos no le vienen impuestos desde fuera- y es ésta la que se organiza para actuar de acuerdo con ellos.
ü Coorregulación. Lo que permite promover la autonomía y capacidad de acordar derroteros que permitan al colectivo una mayor coherencia de entre las opciones y acciones.
ü Apertura, escucha crítica y activa. Que facilita salir del individualismo y hablar de todas aquellas certidumbres o incertidumbres, de los problemas no resueltos que preocupan a nivel personal, grupal y/o social. El diálogo supone apertura para poder reconocer, comprender y valorar los diferentes puntos de vista e intentar llegar a un entendimiento, a un acuerdo justo, emocional y racionalmente motivado.
ü Compromiso con la transformación del entorno. Disposición a formular propuestas, hipótesis, preguntas contextualizadas en las que sea necesario poner en común el conocimiento crítico de la realidad y las opciones o posturas relacionadas con la implicación política, ética, social y ambiental y el compromiso (no solo responsabilidad) asumido al llevar a cabo un proyecto investigativo dialógico.
ü Comprensión crítica de la realidad contextualizando y contrastando los diversos puntos de vista, y formando actitudes de entendimiento y compromiso para transformar las condiciones de vida y convivencia.
ü Empatía y perspectiva social potencias que posibilitan incrementar el reconocimiento de los demás, guiadas por valores de organicidad, cooperación, solidaridad.
El proceso investigativo dialógico busca resistir al pensamiento único desde la negociación de entre diversas lecturas de la realidad, situándose en los dominios socioculturales propios de los sujetos por consiguiente la propuesta no puede reducirse a un inventario de pasos y de técnicas que un grupo de investigación aplica convirtiendo el proceso cognitivo en a un acto mecánico. Todo lo contrario, la investigación dialógica es “un proceso de búsqueda de conocimiento y por lo tanto de creación, exige de sus sujetos que vayan descubriendo en el encadenamiento de temas significativos, la interpretación de los problemas.” (FREIRE, ) Esen este proceso relacional, de encadenamiento, comparación, ubicación y de contextualización que los involucrados, en la investigación dialógica, van potenciandose lo que hace de la investigación una practica social formativa, porque estas “dejan de perderse en los esquemas estrechos de visiones parciales de la realidad, de las visiones focalistas de la realidad, se (fijan) en la comprensión de la totalidad” (Ibíd. 129)
Adendas
“Somos activos, curiosos, trasformadores, capaces de correr riesgos, de ir más allá…”
Paulo Freire
TEXTOS CONSULTADOS
FREI BETTO: “Efectos del pensamiento único”(S/D)
FREIRE PAULO:
“Creando métodos de investigación alternativos: aprendiendo a hacerlo mejor a través de la acción. Pátzcuaro, Crefal (mimeo). 1970a
Educación como práctica de la libertad. Bogota, Ediciones Pepe. 1970b
“Extensión o comunicación” Bogotá, Editorial America Latina, 1970c
“Extensión o comunicación” Bogotá, Editorial America Latina, 1970c
“Cambio” Bogotá, Editorial América Latina, 1970d
“Pedagogía del oprimido” México, SXXI, 1970e.
“Concientización”, Bogotá, Asociación de publicaciones educativas, 1974.
“La dimensión política de la educación” Quito; CEDECO
“La naturaleza política de la Educación” Barcelona, Paidós, 1990.
“Pedagogía de la Esperanza” México, SXXI, 1993 Segunda edición corregida y aumentada 1996.
“Cartas a quien pretende enseñar” México, SXXI , 1994a.
“Educación y participación comunitaria” En Nuevas perspectivas críticas en educación. Barcelona, Paidós, 1994b.
“Política y Educación” México SXXI, 1996
“Educación en la Ciudad” México , SXXI, 1997a.
“Pedagogía de la Autonomía” México, SXXI, 1997b.
“Pedagogía de la indignación” Madrid Morata, 2001
FREIRE, P.; ILLICH, I y FURTER, P.. Educación para el cambio social. Buenos Aires: Tierra Nueva. 1974
RAMONET IGNACIO “El pensamiento único” En: le Monde Diplomatique” Domingo 21 de agosto de 2005.
“Pensamiento crítico vs. Pensamiento único” En: Le Monde Diplomatique
SANDÍN MÁXIMO “¿Pensamiento único o ausencia de pensamiento? Una llamada a la reflexión.” Julio, 2004
ZEMELMAN HUGO 2007 “De la esperanza a la lógica de la potenciación” (inédito) México.
Tensiones y desplazamientos necesarios en el proceso del conocer dialógico |
Saber/No saber |
Sujeto receptor/ sujeto creador |
Praxis/ Realidad |
Acción/ reflexión/ Nueva acción |
Subjetividad – reflexividad – percepción/ Objetividad- hechos concretos |
Contexto situacional/ contexto teórico/ contexto gnoseológico – dialogo- |
Mapa semántico para el desarrollo de nuevas categorías de fundamentación de la investigación dialógica.
Categoría conceptual | Dimensiones dialécticas (campos de tensiones praxicas) | Dimensiones explicativas/Comprensivas |
Dialogo | Nicho gnoseológico Experiencia emocional, socioculturalmente compartida Construcción intersubjetiva Configuración interactiva | Historica Patrón cultural fundante No solitaria Subjetiva, intersubjetividad Actividad, interactividad |
Resistencia | Reificación/Subjetivación Inconciencia/Conciencia del sistemas de necesidades | No conformarse Indignarse Atreverse a pensar supone la necesidad de ser sujeto Capacidad de actuar Conciencia de que se puede hacer. Creación de circunstancias, no dejarse aplastar por ellas. |
Convergencia/ divergencia | Único, múltiple, complementario contradictorio acuerdos, desacuerdos Instituido/instituyente Heterogeneidad/ Homogeneidad Norma, regla, ley, protocolo Orden Epistemes instituidas e institucionales Epistemes instituyentes/ generadoras, movilizadoras | Conflictividades Negociaciones culturales Circulación de poderes Ejercicio de poderes Etnocentrismos Autonomías heteronomías |
Inamovibles | Invariantes/variantes Cierto/ Incierto Estructuras/ Coyunturas | Emergencias |
Contextualización | Problematización Desnaturalización/naturalización Legitimaciones | me muevo en el movimiento del contexto darse cuenta de lo que acontece Reconocer lo emergente |
Creatividad | Discursos/ Acción Ruptura de inercias/rutinas estandarizado preestablecido, burocratizado | las preguntas que se vinculan con la práctica las respuestas incluyen la acción que generó la pregunta Distintas entradas a un tema Desplazamiento del pensamiento fuera de la pregunta y su respuesta |
Verdad | Un proceso, Una búsqueda TAO | Vivir la curiosidad Rehacer la pregunta, Práctica de preguntar |
*Alfredo Ghiso Cotos: Docente investigador, Coordinador del Laboratorio Universitario de Estudios Sociales, Grupo de investigación Categoría A. Centro de Investigaciones Fundación Universitaria Luís Amigó. Docente a cargo de los cursos de Investigación social, Diseño cualitativo y Pedagogía social en las facultades de Ciencias sociales y Humanas, Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia. Consultor Instituto Paulo Freire, Sao Paulo. Br. Miembro del Programa de Sistematización CEAAL. Correo electrónico: aghiso@funlam.edu.co
[1] Notas del congreso mundial de Convergencia en investigación participativa. Cartagena 1997
[2] Fallecido el 12 de agosto de 2008, en Bogotá, Colombia.
[3] Utilizo “pensamiento único” como una imagen potente que me permite referirme a hechos y actitudes; también como una categoría discursiva generadora y movilizadora de reflexiones críticas. En este texto no se asume como un concepto ubicable en alguna tradición filosófica o sociológica.
viernes, 28 de octubre de 2011
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VI Congreso Bienal Internacional Complejidad 2012
Dedicado a "Complejidad en las Ciencias Sociales y Naturales: Morfogénesis, Ontogénesis e Intencionalidad" |
El principio dialógico para una psicología de lo complejo

La realidad, convencionalmente, ha sido concebida por los científicos como un mundo de dualidades que se contraponen en vez de complementarse. Al orden se le ha separado del desorden; a la identidad, la alteridad; a lo objetivo, lo subjetivo; a lo simple, lo complejo; a lo verdadero, lo erróneo; a lo científico, lo de sentido común; y así sucesivamente. De tal suerte que se fueron construyendo planos de realidad que jugaban a la exclusión mutua, aspectos que fijaron los referentes para que los conservadurismos cognitivos y los hábitos científicos pudieran subsistir espaciotemporalmente dentro de eso mismo que construyeron; de alguna manera debían legitimarse.
La producción del conocimiento científico admitió, por mucho tiempo, una premisa básica dentro de su lógica de diseño: si sucede A no puede suceder no A, simplemente porque de manera analítica es imposible, aunque sea probable.
De alguna forma, la ceguera intelectual de millares de científicos y su fascinación por la objetividad les hizo olvidar que la probabilidad cero no es sinónimo de imposibilidad.
Aspecto que admite la ocurrencia de A y no A al mismo tiempo: una verdad, es siempre una verdad a medias. Mientras la lógica lineal admite sólo un valor de verdad, la lógica multivalente admite más de uno, pero comprender eso es atentar contra los buenos modales del pensamiento científico, que se sigue rigiendo por el paradigma de la simplicidad.
El principio dialógico nos lleva a pensar que los antagónicos también son complementarios. Lo que hace posible la diferencia es la repetición y viceversa: no existe lo uno sin lo otro y cada una lleva dentro su antagónico. Aquello que se pensaba contrapuesto, bajo la perspectiva dialógica, es complementario. No es fortuito que los polos de un imán aparezcan unidos justo en el punto medio y que las partículas con cargas opuestas tiendan a la atracción.
Si admitimos que dentro del conocimiento psicológico existe una serie interminable de conservadurismos cognitivos, entonces será fácil apreciar que es difícil promover la idea de que la mente no está dentro de los individuos sino fuera de ellos. Pero trate el lector de explicar esta idea a cualquier psicólogo de cabeza dura y conocerá la fachada iracunda de las más ocultas facciones de su rostro.
Es simple y complejo a la vez: los procesos mentales producen mentes que producen procesos mentales. Los procesos anímicos, estados de ánimo que producen procesos anímicos. Más aún, la psicología produce psicólogos que producen psicología. ƑDónde encontramos entonces el antagonismo que resulta ser complementario?
Tomemos el presente texto de psicología, que se opone a las perspectivas convencionales de la psicología y se inscribe en la psicología misma porque, se supone, hace psicología: produce aquello a lo cual, presuntamente, se presenta como antagónico. Sin embargo, y es triste decirlo, a los psicólogos tradicionales se les olvidó ser críticos con ellos mismos, pero a su vez a los críticos de la psicología se les olvidó ser autocríticos, de tal suerte que se cayó en una especie de ceguera epistemológica: mientras los unos negaban a los otros, jamás se dieron cuenta de que eran víctimas de su propia negación.
La necesidad de aplicar el principio dialógico para la configuración de una psicología de lo complejo aparece cuando las explicaciones lineales comienzan a fracturarse o no sirven más para dar cuenta de aquello que se pensaba estable. Cuando los procesos aparecen como productores de eso mismo que los produce. Cuando la lógica multivalente se presenta como la mejor estrategia para aprehender la incertidumbre que se había querido dominar por medio de la probabilidad máxima.
Hay un ejemplo sencillo para comprender todo lo anterior: se puede entristecer por el simple hecho de estar triste, esto es la tristeza que produce tristeza. Aun así, resulta incomprensible por qué los psicólogos ortodoxos se aferran a tratar de ver todo de manera lineal.
Comentarios a:
soto@xanum.uam.mx
Einstein y...el comunismo.
Experientia Docet.
Einstein tenía unas ideas políticas muy claras y las expresaba sin ambages. No tenía miedo de prestar su apoyo a cualquier causa que pensara que mereciese la pena, sin embargo no le gustaba “pertenecer” a nada, por lo que permanecía en la periferia de cualquier grupo al que respaldase, a menudo criticándolo tanto como lo alababa. Nunca fue miembro del partido comunista, pero sus ideas de izquierdas le hicieron frecuentar la compañía de numerosos grupos de tendencias comunistas.
Einstein fue muy cuidadoso con sus afiliaciones políticas. Se sabe que reusó unirse a ciertas organizaciones concretamente porque estaban regidas por lo que el interpretaba que era un ideario comunista, y sin embargo es evidente que, al menos en el último tercio de su vida, estuvo claramente alineado con una visión marxista del mundo. En la Alemania de comienzos de los años treinta Einstein firmaba a menudo peticiones del Rote Hilfe Deutchlands (Socorro Rojo de Alemania, RHD; entidad de ayuda humanitaria dependiente del Partido Comunista de Alemania, KPD) y llegó a formar parte del consejo de administración de dos casas de acogida de niños del RHD, junto con otras personalidades alemanas como Thomas Mann. También fue conferenciante en el Marxistischen Arbeiterschule (Escuela de los trabajadores marxistas), también afiliado al KPD (por supuesto su conferencia se tituló “Lo que un obrero debería saber sobre la teoría de la relatividad”).
Su traslado a Estados Unidos no influyó en sus posiciones de izquierda. En mayo de 1949, escribió para Monthly Review un artículo titulado “¿Por qué socialismo?” en el que describía los problemas que él veía en el mundo, desde el racismo a la pobreza, y cómo el socialismo podía representar una vía de solución (aquí, el original en inglés; aquí, la traducción al español). En él afirmaba:
“Estoy convencido de que hay solamente un camino para eliminar estos graves males: el establecimiento de una economía socialista, acompañado por un sistema educativo orientado hacia metas sociales. En una economía así, los medios de producción son poseídos por la sociedad y utilizados de una forma planificada. Una economía planificada que ajuste la producción a las necesidades de la comunidad, distribuiría el trabajo a realizar entre todos los capacitados para trabajar y garantizaría un sustento a cada hombre, mujer, y niño. La educación del individuo, además de promover sus propias capacidades naturales, procuraría desarrollar en él un sentido de la responsabilidad para sus compañeros-hombres en lugar de la glorificación del poder y del éxito que se da en nuestra sociedad actual.”
Unas afirmaciones que, en un tiempo de patriotismo exacerbado y en plena Guerra Fría, no estaban destinadas a ser del gusto de la opinión pública estadounidense, a pesar de la crítica velada a la Unión Soviética de su último párrafo:
“Sin embargo, es necesario recordar que una economía planificada no es todavía socialismo. Una economía planificada puede estar acompañada de la completa esclavitud del individuo. La realización del socialismo requiere solucionar algunos problemas sociopolíticos extremadamente difíciles: ¿cómo es posible, con una centralización de gran envergadura del poder político y económico, evitar que la burocracia llegue a ser todopoderosa y arrogante? ¿Cómo pueden estar protegidos los derechos del individuo y cómo asegurar un contrapeso democrático al poder de la burocracia?”
Este artículo atrajo la atención del FBI, que ya tenía un expediente sobre las actividades relacionadas con el comunismo de Einstein. El expediente había sido abierto por el FBI en 1932, con una denuncia de la Corporación Patriótica de Mujeres, antes incluso de que Einstein se mudase a Estados Unidos. La carta de denuncia había sido escrita por “la señora de Randolph Frothingham” [sic.] y enviada al Departamento de Estado (equivalente al Ministerio de Asuntos Exteriores). Muy bien escrita e inteligentemente organizada como un documento judicial, pero llena de información cuestionable, acusaba a Einstein de pertenecer a más organizaciones anarcocomunistas que Stalin o Trotsky, y de que deseaba destruir el gobierno de los Estados Unidos así como a “la iglesia americana”. Si bien la descripción de Einstein era tanto incorrecta como demasiado dramática, llegó en un momento de la historia en el que la amenaza que suponía el espionaje soviético era algo muy real, por lo que la carta no fue despreciada por el FBI. Desde ese momento siempre consideró la posibilidad de que Einstein fuese un espía soviético.
Está claro que Einstein no era un espía. También es cierto que nunca ocultó sus simpatías hacia los partidos, asociaciones y personas de izquierdas. De hecho, defendió públicamente a los acusados por ser comunistas. Con tantas declaraciones públicas, un observador interesado en ver en él a un prosoviético tenía toda la munición necesaria. El número de la revista Life del 5 de abril de 1949 mostraba varias fotografías de personajes públicos que, según la revista, bien porque eran unos inocentones o porque eran criptocomunistas, prestaban su imagen para disfrazar el monstruo comunista. Bajo el titular “Dupes and Fellow Travelers Dress Up Communist Fronts” (“Primos y compañeros de viaje disfrazan los frentes comunistas”) aparecía el retrato de Einstein en posición central (“communist front”, frente comunista, era el término usado por el partido Comunista de los Estados Unidos, CPUSA, para referirse a las organizaciones relacionadas con el Komintern, la Internacional Comunista).
Su asociación con los comunistas estadounidenses no implica que pensase que las políticas de la Unión Soviética no fuesen problemáticas. Los ataques de Stalin a los derechos humanos no pasaron desapercibidos para Einstein; y la angustiosa situación de los judíos en Rusia era una preocupación adicional. Por otra parte, por alguna razón, siguió percibiendo el gobierno de Stalin como menos maligno que el de Hitler. Muchos colegas se sentían asombrados y consternados por esto, y a pesar de sus esfuerzos por convencerle, Einstein nunca igualó los dos regímenes.
El expediente del FBI afirma que Einstein estuvo relacionado con 34 frentes comunistas entre 1937 y 1954 y que era consejero honorario de 3 de ellos. Si bien el concepto de frente comunista empleado por el FBI por aquella época era muy amplio, y considerando que el número real no fuese tan alto, Einstein claramente tenía conexiones con organizaciones que, a su vez, mantenían relaciones con el Partido Comunista. Sin embargo, no parece que tuviese más que otras personalidades significadas políticamente en aquella época.

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