Páginas
El Silencio: Algarabía molecular
Posted on viernes, 28 de octubre de 2011 and filed under breakingNews , news , Vanegas . You can follow any responses to this entry through theRSS 2.0 . You can leave a response or trackback to this entry from your site
Hernando Vanegas Toloza.
En la vida cotidiana, el ser humano vive múltiples situaciones, las cuales pasan “desapercibidas” y aparentemente no son registradas por nuestro SNC. Sin embargo, muchas veces los mecanismos cerebrales vuelven “con-siente” experiencias que han permanecido “dormidas” en nuestro inconciente. Son clásicas las expresiones: “Yo te conozco de algo”, “¿no nos hemos visto anteriormente ?”, “yo ya he estado aquí”, etc.
De igual manera podemos tratar de entender el silencio. Cuando una persona está en silencio, ¿su mente está en blanco, su eje neuro-endocrino-inmunológico está sin funcionar en esos momentos? No. Lo que pasa es que esa experiencia no la registramos con el “con-siente”, pero a pesar de ello, nuestras células están en contínua algarabía molecular. Un electrón es llevado en el ciclo de Krebs de un lado a otro, un quantum penetra nuestro ser, percibimos los fotones que han viajado millones de años luz por el espacio sideral y de pronto, tocan nuestra piel e impresionan los millones de receptores que tenemos en ella.
Aunque aparentemente estamos en silencio, nuestras moléculas no dejan de “lenguajear” entre ellas, comunicándose información, diciéndose “cositas” amorosas, viviendo el proceso de la vida. Igualmente mantenemos un “lenguajeo” con nosotros mismos, sin darnos cuenta.
Un gineco-obstetra colombiano de la ciudad de Barranquilla, por allá en los finales de la década de los setenta, demostró que el feto sentía las vivencias de su madre y respondía, mediante llantos o gorjeos -¿balbuceos?-al estado emocional que percibía, realizando la grabación de tales sonidos y presentándolos en un Congreso Internacional de Gineco-obstetricia en la Argentina.
Unos fisiólogos argentinos demostraron que cuando la persona piensa en silencio, sus cuerdas vocales están en movimiento, en proceso de articulación del lenguaje, y lo que falta para la emisión de las palabras es el paso del aire por la laringe y la emisión del sonido por la boca. Igual situación vive la persona cuando está realizando una lectura silenciosa, en la medida en que sus ojos van recorriendo las líneas del libro, sus cuerdas vocales se van moviendo como queriendo decir lo que se está leyendo, y para hacerlo haría falta la activación de los músculos respiratorios, la lengua y los labios.
Es realmente impresionante que el “lenguajeo” adquiera también otras formas. Es ya conocidísima la expresión de “me quería comer con los ojos” que algunas mujeres utilizan para describir cuando otra persona la mira con ojos non-sanctum. Es lo que se conoce como comunicación por empatía, de la cual forman parte los gestos, la actitud o postura, la forma de mirar, etc.
Igualmente, el “lenguajeo” interiorísimo de una persona cuando medita, cuando se mira adentro, es una conversación consigo mismo y se llega a tal grado de compenetración con uno mismo, que ni la algarabía molecular interna ni los ruidos exteriores pueden “sacar” esa persona de su estado.
Las experiencias de los mamos de la Sierra Nevada, de los Lamas tibetanos, de los sacerdotes japoneses, son ejemplos vívidos de lo anterior. En tal estado de “conversación” interior el ser humano llega a una interconexión con el amor universal, con el saber universal que está fundado en el amor.
El Dr. Masaru Emoto, dice en su famosa investigación que “las palabras convierten las vibraciones de la naturaleza en sonido, y cada lengua es diferente, cada una tiene su propio juego de vibraciones. La naturaleza en Norteamérica es diferente de la naturaleza en Japón. Aunque “Arigato” y “Thank you” tienen la misma traducción, crean estructuras cristalinas diferentes. Cada palabra en cada lengua es única y existe sólo en esa lengua.” 1
1. Emoto M. Cristales de Agua Consciente. El Poder de la Meditación Hecho Visible. www.terapianeural.com/