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El teletransporte de información rompe el récord en Canarias

El teletransporte es ya una realidad. No es el teletransporte o teleportación habitual en la ciencia ficción, cuando la gente viaja metiéndose en un habitáculo para aparecer al momento, tal cual, en otro situado en otro mundo o en otra nave espacial. El teletransporte que ya dominan los científicos poco tiene que ver con ese lejano sueño (si es que fuera posible), sino que es teletransporte cuántico. Pero no deja de ser fascinante y, seguramente, muy útil en el futuro. Se trata de transmitir un estado cuántico de unas partículas, normalmente, fotones de luz, entre dos puntos que, en principio, pueden estar tan lejos como se desee. Y ese estado cuántico es información.
De momento, la lejanía alcanzada con el teletransporte cuántico ha sido de 143 kilometros y se trata de todo un récord batido en un experimento recientemente realizado entre dos islas canarias (La Palma y Tenerife), que ha superado los 97 kilómetros logrados este verano en un ensayo en China. El objetivo es lograr esta nueva forma de comunicación pero vía satélite, por lo que el récord de distancia supone un hito importante hacia el dominio de la tecnología con artefactos en órbita y, por tanto, de gran alcance.
La gracia del teletransporte cuántico es que la información no se transmite materialmente, no es una señal que viaja, sino que sencillamente un fotón conoce el estado de otro gracias a un fenómeno denominado entrelazamiento entre ambos, por muy lejos que este uno de otro. Ese conocimiento es la información. Los científicos quieren aprovecharlo, por ejemplo, en los revolucionarios ordenadores cuánticos del futuro, en un igualmente futurible Internet cuántico o, algo mucho más cercano, para encriptar información que resulte imposible de interceptar por extraños indeseados sin ser descubiertos.
“Es difícil de explicar con precisión el entrelazamiento, pero imagine dos partículas atadas con una cuerda: si tira de una verá que la otra se mueve hacia un lado. El entrelazamiento cuántico es una propiedad de la Física Cuántica que permite hacer algo parecido ¡pero sin cuerda! Cuando dos partículas poseen ese entrelazamiento cuántico, si ves que a una le pasa algo, también le pasa a la otra”, dice Ignacio Cirac, director del Instituto Max Planck de Óptica Cuántica (en Alemania) y gran experto internacional en la materia.
Pues bien, lo que han logrado los científicos con el experimento de Canarias (liderados por el austriaco Anton Zeilinger, de la Universidad de Viena) es que unos fotones se enteren del estado de sus parejas entrelazadas y a 147 kilómetros de distancia. Lo cual es un avance importante, aunque ya se había hecho con los 97 kilómetros del ensayo chino y con distancias inferiores antes, incluidas las pruebas de corto alcance realizadas en laboratorios desde hace más de una década.
También se logra este teletransporte cuántico y de forma casi rutinaria mediante fibra óptica, pero tiene la desventaja de la limitación de distancia con esta tecnología porque el efecto se atenúa mucho en la fibra a no ser que se pongan amplificadores —también cuánticos, por supuesto—. De ahí que los investigadores, con la vista puesta en el teletransporte vía satélite, vayan poco a poco probando el efecto por el aire. En en este caso, el problema son las turbulencias atmosféricas, pero los especialistas están aprendiendo a controlar en estos ensayos de acción a distancia.
“Nuestro experimento verifica la madurez y la aplicabilidad de estas tecnologías en escenarios de la vida real, en particular para el futuro teletransporte cuántico por satélite”, escriben Zeilinger, Xiao-Song Ma y el resto de los investigadores del equipo en la revista Nature.
Han hecho el experimento entre el telescopio Jacobus Kapteyn, en La Palma, y la Estación Óptica Terrestre de la Agencia Europea del Espacio (ESA), en Tenerife. Los dos puntos estaban sincronizados con una precisión de tres milmillonésimas de segundo.
El objetivo del experimento no es batir el récord de distancia, explican los investigadores de la Universidad de Viena. Se trata de “sentar las bases de una red mundial de información en la que los efectos de la mecánica cuántica permitan el intercambio de mensajes con gran seguridad y que se puedan hacer ciertos cálculos más eficazmente que ahora con tecnologías convencionales”, comentan. “En un futuro Internet cuántico, la teleportación cuántica será un protocolo clave de la transmisión de información entre ordenadores cuánticos”.
En la prueba de Canarias se ha enviado un haz láser entre las dos estaciones situadas en las dos islas para estabilizarlas, pero ese láser como tal no lleva ninguna información, sino que esta va en fotones de infrarrojo entrelazados. Si un fotón, por ejemplo, tiene una polaridad determinada, su pareja, la que viaja, tendrá la opuesta. La ventaja de este modo de transmisión de información en cuanto a la seguridad es que si alguien intercepta el fotón emitido, el emisor lo sabe automáticamente. Y con los estados cuánticos de las partículas se pueden manejar muchos datos: son los qbits de la computación cuántica, el equivalente a los bits de la computación convencional.
Para hacer el experimento los científicos han tenido que afinar mucho la tecnología porque los fotones tienen que pasar por las turbulencias de la atmósfera. “Entre la Palma y Tenerife, nuestras señales se atenuaban en un factor mil, pero a pesar de ello lo hemos logrado”, explica Rupert Ursin, uno los científicos del equipo. El siguiente gran objetivo es el paso a los satélites, y ya se está pensando en hacer una misión espacial. Las distancias a cubrir serán mayores, pero las señales pasarán por menos atmósfera, apuntan los expertos. Es un gran reto para el futuro.
domingo, 16 de septiembre de 2012
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Las palabras y la guerra en Colombia
Hernando Vanegas.
Dicen que « las palabras una vez dichas nunca pueden volverse a sus dueños », en una magnifica sentencia que engloba la responsabilidad de quien las expresó. Ello es particularmente cierto en la guerra que la oligarquía –con ayuda « desinteresada » del imperio- adelanta contra el conjunto del pueblo colombiano. Y ha sido así porque la oligarquía, dueña de los medios de comunicación de masas, utiliza la palabra como un medio más –e importantísimo- para adelantar su guerra.
Los luchadores del pueblo, que se han levantado en armas para responder a la agresión oligárquica, reciben de los medios de comunicación diferentes denominaciones de acuerdo con las palabrejas de moda utilizada en esos medios. Jamás los combatientes populares son considerados en su justa medida y reciben los epítetos de « criminales », « bandoleros », « comunistas », « narcotraficantes » y, ahora bailando al son que les tocan los medios del imperio, « terroristas ».
Analizando éstas palabras vemos que todas son expresadas en sentido negativo, queriendo descalificar de un plumazo todo una historia de luchas del pueblo. Durante la llamada « La Violencia », período comprendido entre 1948-1958, los « guerrilleros » que eran llamados así cuando respondían a las orientaciones de la loigarquía del partido Liberal en guerra contra la oligarquía del partido Conservador, pasan a ser « criminales », « bandoleros », cuando ya no responden a esas orientaciones y cuano ya no les servían se prepara en masa el asesinato de sus líderes (Guadalupe Salcedo asesinado en el centro de Bogotá,a dónde fue llamado para signar la Paz), y la demonización de quienes practicando lo que les habían enseñado las oligarquías en la guerra.
Surgen figuras expeluznantes como « Sangre negra », « Efraín González », « Chispas », « El Tigre » , «Desquite », « Alma Negra » , « Zarpazo », « Capitán Venganza » y muchísimos otros, que se adentran en el camino de la criminalidad cuando sus líderes ideológicos (la cúpula del partido Liberal) los tiran al « tarro de la basura ». Entonces surgen en la « literatura oficial » los relatos de los asesinatos cometidos por estos personajes siniestros, aún en la época en que eran « buenos », es decir, combatían y morían por la causa de la cúpula del partido Liberal. Por el lado de los conservadores se crearon figuras no menos expeluznantes y criminales, lo cual quedó bien consignado en libros como « Cóndores no entierran todos los días ».
Posteriormente en 1964 surgen nuevamente en la literatura oficial de los medios oligárquicos los nuevos criminales y bajo la excusa de una fementida « república independiente » gobernada por el Partido Comunista, agreden a los campesionos que en un apartado lugar del centro del país (Tolima) a donde no llegaba el gobierno –porque nunca le interesó- y nacen los « comunistas bandoleros », los « come niños », quienes como Fidel Castro en Cuba se alimentaban de las pobres e indefensas criaturas que caían en sus manos.
Se intenta así sembrar en el imaginario colectivo la figura aborrecible y criminal del « comunista » enemigo de la humanidad y de los más sentidos sentimientos del pueblo colombiano. Si los comunistas comen niños es porque son inhumanos y deben ser combatidos con todo el poder del estado y de la sociedad en su conjunto. Se trataba de ocultar que lo que se estaba adelantando era el más grande experimento contrainsurgente del mundo, ya que la realidad de la guerra imperial les mostraba otra cosa en Vietnam, y se estaba consolidando al ejército colombiano como fuente de exportación de figuras criminales a otros países de latinoamérica y el mundo.
Seguidamente continuaron con las figuras de « narcotraficantes », fenómeno capitalista de mercado por excelencia en donde juega papel primordial la oferta y la demanda, demonizan la figura del combatiente guerrillero porque éste –en uso de la dinámica capitalista- cobra impuestos a los narcotraficantes que van a las zonas guerrilleras en las que se cultiva la hoja de coca para después exportarlas a los centros imperiales de USAmérica y Europa.
Como si fuera poco, alicando la Doctrina del Conflicto de Baja Intensidad, ahora llaman« terroristas » a los guerrilleros colombianos, mal utilizando una palabra que les cabe preciamente a ellos en toda su acepción. Ahora Alfonso Cano es el « terrorista » más odiado por la oligarquía, en tanto el verdadero terrorista les tira bombas terroristas de verdad llenando de terror a un campesino que lo único que ha escuchado con terror es el uso de la motosierra en manos de los amigos y socios de Santos y Cía.
A pesar de esos intentos diversionistas, el pueblo colombiano ha entendido -y lo seguirá haciendo por siempre- quiénes son los verdaderos terroristas y los señala con el dedo de la ignominia. Los combatientes guerrilleros populares, a pesar de esos intentos, sigue estando en el corazón del pueblo colombiano ya que son ellos los que verdaderamente están enfrentando, y propinándole golpes contundentes, a la única política que de verdad adelanta la oigarquía desde el poder estatal: La guerra.
Las palabras en la guerra producen un efecto mediático pasajero, pero lo que queda siempre y por siempre es la realidad de una guerra como la colombiana, en la que contra el salvajismo e inhumanismo adelantado por la oligarquía, son precisamente los combatientes guerrilleros los que nos señalan el camino para humanizarnos en vez de bestializarnos, para universalizarnos en vez de humanizarnos.
domingo, 27 de mayo de 2012
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La Terapia Neural, una propuesta paradigmática
Escrito por: Julio C Payán de la R - Julio 2010
Nota Aclaratoria: Cuando me refiero a la T.N., este término incluye a la Odontología Neurofocal sin la cual no es posible el buen ejercicio de aquella.

REFLEXIONES INTRODUCTORIAS
Con mucha frecuencia las personas medianamente educadas o mejor sería decir aconductadas, estamos convencidas que la única manera de relacionarnos y ver al mundo es a través de nuestro conocimiento y de nuestra razón (Razón: Método de conocimiento fundado en el cálculo y en la lógica empleado para resolver problemas planteados al espíritu en función de los datos que caracterizan una situación o un fenómeno. Morin, Por una razón abierta).
Con la soberbia del ignorante desconocemos, negamos o descalificamos otros saberes y racionalidades y de la única manera que los reconocemos es si se adaptan a nuestra racionalidad pues no aceptamos las de ellos.
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miércoles, 2 de noviembre de 2011
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INTERSOMOS
Sandra Isabel Payán Gómez
Julio de 2007
La esperanza que estamos siendo
Las transformaciones de nuestra cultura occidental, entendidas como cambio de paradigma, se expresan esencialmente en la manera como nos relacionamos los seres humanos entre sí y con los demás seres de la Naturaleza. Van emergiendo nuevos valores y nuevas formas de mirarnos que constituyen una nueva ética de vida.
Hemos asumido que la historia de Occidente está avanzando desde un paradigma antropocéntrico hacia un paradigma biocéntrico. Es decir, desde un paradigma en el que el ser humano cree que está por fuera de la Naturaleza y que puede adueñarse, controlar y entenderlo todo, hacia un paradigma en el que el ser humano acepta que le pertenece a la Naturaleza y que es una hebra más del complejo tejido de la Vida.
Creemos en este tránsito cultural gracias a una poderosa esperanza que no depende del mañana impredecible, sino del ahora que ya estamos siendo.
Nuestra esperanza en un mundo mejor es una elección personal que nace de la manera como nos miramos a nosotros mismos. No se fundamenta sólo en evidencias ni sólo en deseos, es una fuerza que nos sostiene y que emerge de una sabiduría que nos trasciende.
Es indudable que con el modelo civilizatorio que vivimos, los seres humanos nos estamos autodestruyendo. Sin embargo, la fuerza de esta esperanza, nos permite saber que existen millones de seres humanos y de grupos sociales que desde actitudes cotidianas concretas y desde decisiones políticas firmes, están haciendo y siendo propuestas de una sociedad diferente y mejor.
Algunos lugares en los que estas propuestas se encuentran para compartirse y potenciarse, son los Foros Sociales mundiales[1] y nacionales, las Asambleas Mundiales por la Salud de los Pueblos[2] y los Laicrimpos[3] .
Este cambio de paradigma lo estamos viviendo en experiencias colectivas, comunitarias y cotidianas que van emergiendo espontáneamente, no como resultado de normas y leyes, sino como parte de nuestra identificación con un sentimiento al que todos le pertenecemos, porque se encuentra dentro de cada uno de nosotros. Sentimiento que hemos llamado, paradigma biocéntrico.
Para la esperanza que estamos siendo, es importante reconocer que este cambio de paradigma, lo estamos viviendo fundamentalmente en nuestros procesos internos y cotidianos, en los intensos caminos de descubrimiento de quiénes somos, y en los emocionantes viajes de regreso a nuestra esencia.
La ciencia se aproxima
La ciencia occidental no es ajena a este cambio de paradigma, ella lleva casi un siglo de rupturas y revoluciones. Los descubrimientos de la Física Cuántica, los nuevos planteamientos de la biología y las matemáticas, la teoría de sistemas, la termodinámica de sistemas abiertos, entre otros conceptos, han dejado sin piso al mecanicismo positivista, que ha sido la manera hegemónica de entender la realidad hasta nuestros días.
Desde la misma ciencia nos estamos dando cuenta que los sistemas vivos no funcionamos mecánicamente. Esta afirmación que ahora nos parece simple e incuestionable, ha sido desconocida y negada en el desarrollo de la ciencia occidental, lo que ha determinado la manera como vemos y tratamos la Naturaleza: la tierra, los ríos, las plantas, nuestro cuerpo…
La nueva ciencia ha descubierto que los seres vivos no se comportan como “mecanismos”, sino como “organismos”, es decir, como “unidades funcionales y estructurales en las que unas partes existen por y para las otras en la expresión de una naturaleza particular, resultado de una dinámica autoorganizativa y autoregenerativa”[4]
Esto quiere decir que los sistemas vivos, incluyendo nuestro planeta y nuestro cuerpo, no se fabrican por separado y se ensamblan después. Surgen en el devenir de la compleja red de relaciones que es la Vida. Y esta red implica un orden dinámico intrínseco que se determina a cada instante, una “racionalidad inherente”, una “conciencia universal”, una sabiduría.
Desde esta nueva ciencia, así como desde nuestras trascendencias íntimas y cotidianas, estamos sabiendo que la Vida se parece más a la pintura espontánea de un niño que se divierte mezclando colores con sus manitas, que al plano preciso e impecable de un arquitecto. La Vida transcurre, más como una comida que hace una abuela encantada, mezclando olores, colores y sabores, que como un experimento de química con dosis exactas.
Somos emergencia de las relaciones entre todos los seres vivos. Nuestra existencia y nuestro desarrollo son parte de la existencia y del desarrollo de todos los seres de la Naturaleza.
Nos hacemos los unos a los otros. Somos parte de la misma historia y de la misma capacidad autoorganizativa. Somos expresión de una sabiduría que nos trasciende. Formamos parte de la misma danza vital.
Nacemos, morimos, nos transformamos, nos mantenemos, por la misma fuerza y con el mismo sentido que le sucede a los árboles, a las estrellas o a las mariposas. Entenderlo nos conmueve, y asumirlo cambia profundamente nuestra mirada y nuestra relación con todos los seres de la Naturaleza, incluyéndonos.
La racionalidad del desconocimiento y del olvido
Desde el paradigma antropocéntrico los seres humanos nos hemos acostumbrado a relacionarnos mecánicamente entre sí y con los demás seres de la Naturaleza.
La fragmentación y el individualismo de esta racionalidad nos han hecho aislarnos de los demás, suponiendo que no tienen nada que ver con nosotros. El mecanicismo nos llena de argumentos para justificar el desconocimiento de nuestra responsabilidad social y de nuestra responsabilidad ecológica, las cuales son una sola responsabilidad.
Así mismo, la lógica de causa efecto, también propia del mecanicismo, nos ha hecho caer en la trampa de la culpabilidad y del merecimiento. Nos olvidamos de la red de la que formamos parte y creemos que las cosas suceden exclusivamente por nuestra voluntad.
Esta racionalidad nos mantiene presos de nuestra irresponsable indiferencia y de nuestro soberbio protagonismo como seres humanos. Sólo es posible superarla si se transforman nuestras maneras de mirarnos y de relacionarnos.
Desde este paradigma creemos que la Vida está fuera de nosotros, que se puede controlar, dominar, poseer y enjuiciar. Entonces suponemos que el cuerpo, la tierra, la comunidad, el conocido y el desconocido, son ajenos, que no son lo que yo soy, que son “lo otro”. Este paradigma justifica la violencia y la guerra como medios y como fines.
Lo más grave es que esta racionalidad mecanicista se mete entre nuestras cobijas e invade hasta nuestra manera de soñar. Nos llena de juicios y de desolaciones, no nos deja ver la vida que somos, nos empuja hacia el desencantamiento.
Afortunadamente la Vida es más hermosa y mágica de lo que nuestros ojos mecanicistas nos permiten ver. La Vida es misteriosamente sabia y generosamente ilimitada.
Intersomos
Superar el antropocentrismo y avanzar hacia el biocentrismo, es asumir que somos en, para y con los otros, es decir, que “intersomos”. Una forma de relacionarnos que va más allá de la interdependencia y que expresa una nueva manera de mirarnos.
Las nuevas maneras de mirar requieren nuevas maneras de decir. “Intersomos”[5]
es una de las nuevas palabras que van emergiendo en este cambio de paradigma cultural. Así como “alegremia”[6] y “corazonar”[7]
Estas nuevas palabras van siendo apropiadas mágica y naturalmente, como si hubieran nacido dentro de cada uno de nosotros. Inspiran nuestro caminar, y nos ayudan a decir lo que sentimos, a encontrarnos y a saber que caminamos junto a muchos más.
Intersomos con los demás seres humanos, con el sol, con las flores, con
las nubes, con el mar… Nos hacemos los unos a los otros, en cada instante. Nos movemos sincrónicamente. Todo lo que nos sucede es expresión de lo que le está sucediendo al Universo entero. Intersomos, no estamos solos, no somos solos.
Nuestro canto, nuestra risa, nuestro llanto y nuestro vuelo le pertenecen a la Vida, forman parte de una misma danza. Por eso, cada instante es un milagro, cada gesto una señal y cada encuentro una cita.
Nuestro devenir es sagrado, así como el de cada árbol, cada hoja y cada gota de rocío. No existimos para cumplir una función específica, para llegar a una meta, ni para ser utilizados para algo ni por alguien. Nuestra existencia es una de las infinitas maneras con la que la Vida se cumple a sí misma.
Las cosas no suceden por nosotros, sino con nosotros, y eso significa que nuestro compromiso con la Vida es tan ineludible como nuestra confianza en ella.
No dirigimos la orquesta, somos una nota más de una sinfonía que se hace a sí misma a cada instante. Sin la nota que estamos siendo, esta sinfonía no sería la misma, pero seguiría siendo sinfonía. Por lo tanto, sólo nos queda entregarnos y reverenciar la Vida que está siendo en nosotros y con nosotros.
Una manera de entender este cambio de paradigma es a partir de la relación entre lo femenino y lo masculino. Desde el paradigma antropocéntrico que parte de la dualidad excluyente de oposición, se sobrevalora lo masculino y se desconoce y desprecia lo femenino, distorsionando ambos conceptos.
Desde el paradigma biocéntrico, que parte de la dualidad creativa de interrelación, se entiende que lo femenino y lo masculino como unidad, son fuerzas constitutivas de la Vida, que no se oponen, sino que se complementan. Lo femenino es el sentimiento de pertenencia y de integralidad, y lo masculino es el sentimiento de autoafirmación y de singularidad. Uno no es sin el otro.
En este cambio de paradigma, estamos recuperando lo femenino, encontrándolo en nuestra propia esencia y sanando la brecha que lo ha opuesto a lo masculino. Es decir, que cambiar de paradigma es recuperarNOS, integrarNOS y sanarNOS.
El interser es uno de los dones de lo femenino, así como lo son: dar vida, tejer redes, conectarse con la sabiduría de la Vida, la sensualidad, la creatividad, sentir e intuir, vivir los procesos como propósitos, y reconocer nuestra naturaleza cíclica.
Asumir que intersomos
Uno de los desafíos más importantes del momento histórico que vivimos, es asumir que intersomos. Es decir, permitir que este sentimiento que está renaciendo, transforme nuestras cotidianidades, las maneras como entendemos la realidad y las formas como nos organizamos en comunidad.
Vamos a descubrir el intersomos reflejado en todos los escenarios de nuestra vida: el íntimo, el de nuestros diferentes haceres y saberes, y el político.
Pertenecerle a la Vida es saber que sólo soy un pequeño remolino de un gran río, y que todo lo que me pasa y que todo lo que siento le pertenece a su fuerza y a su sentido. Asumirlo, me regala la libertad de sentir que la Vida no transcurre por mi voluntad sino con mi existencia, la esperanza de saber que mi presencia tiene el poder del aleteo de una mariposa, y la dicha de formar parte de una Vida que más allá de mí, está siendo y haciendo.
¿Cómo voy a mirar al otro, al árbol, al río, ahora que sé que tenemos un mismo devenir, que nos estamos haciendo el uno al otro permanentemente, y que por diversos que sean nuestros camino y escenarios, formamos parte de la misma historia? ¿Cómo no voy a conmoverme ahora con la existencia de todos los seres de la Naturaleza, incluyéndome?
Lo que le pasa al otro, no sólo me afecta, sino que también me está pasando a mí. Sus transformaciones, emociones, vivencias, dolores y alegrías me hacen y deshacen a cada instante. Lo sabemos con quienes amamos. Ahora, sabemos que ocurre también con quienes no amamos, con quienes ni siquiera conocemos, con quienes ya existieron y con quienes aun no existen, con el río, con la montaña, con el águila…
La Vida es en mí, pero no depende de mí. Más que entender y controlar, se trata de relacionarnos. Y como la relación es el principio vital, lo que nos queda es darnos cuenta que nos relacionamos, para aceptar nuestro irremediable compromiso con la Vida que estamos siendo.
Asumir que intersomos transforma nuestras decisiones, acciones y motivaciones. Emergen nuevos valores como el respeto por la inmensidad a la que le pertenecemos y la gratitud por pertenecerle.
Resignificamos la Vida al ir tomando conciencia que intersomos. Surgen nuevas maneras de entender la salud, la muerte, la enfermedad, la política, el amor… Nuevos conceptos, como “Salud de los Ecosistemas”
[8] , que van recreando este sentimiento y formando parte de él.
Apenas estamos intentando descifrar las profundidades y complejidades de este nuevo paradigma. El camino es incierto, pero el ahora es emocionante y esperanzador, porque está surgiendo al encontrarNOS y al darnos cuenta que la esencia está dentro de nosotros mismos.
¡Que nos transforme la Vida saber que intersomos, porque lo necesitamos con urgencia!
[1] Se trata de una verdadera Asamblea de la Humanidad que se realiza anualmente teniendo como lema “Otro mundo es posible”. El primero de ellos tuvo lugar en Porto Alegre, Brasil, en 2001 y el último (VII Foro Social Mundial) se realizó en Nairobi, Kenya, en enero de 2007. En estos Foros se presentan tanto denuncias al modelo neoliberal como propuestas sociales, económicas, políticas y ambientales que están permitiendo la emergencia de ese otro mundo posible más justo, solidario y sustentable.
[2] La I Asamblea Mundial de Salud de los Pueblos tuvo lugar en diciembre de 2000 en Savar, Bangladesh convocada por diversas organizaciones no gubernamentales. Unos 1500 delegados de 94 países suscribieron la Declaración que constituyó la fundación del Movimiento Mundial de Salud de los Pueblos. La II Asamblea se llevó a cabo en julio de 2005 en Cuenca, Ecuador.
[3] Son encuentros de salud popular que se realizan anualmente a comienzos del mes de noviembre, en diversos sitios del norte argentino, desde 1990. La esencia es el compartir saberes y haceres autogestivos con el espíritu de “la salud en manos de la comunidad”. Participan compañeras y compañeros de Paraguay, Uruguay, Ecuador y otros países.
[4] Brian Goodwin en “Las Manchas del leopardo. La Evolución de la Complejidad” Tusquets Editores, España, 1998.
[5] “Todos somos uno y coexistimos en un continuo de la vida, todos estamos interconectados, interactuamos e INTERSOMOS: ser uno con algo, no estamos por fuera” Mauren Murdock en “La Mujer Sabia: El Viaje de la Heroína”, GAIA Ediciones, Madrid, 1991
[6] Palabra difundida y recreada por Julio Monsalvo. La palabra “Alegremia” (alegría circulando por la sangre) surge de compartir con mujeres campesinas del norte argentino, y luego de otros escenarios, conversaciones acerca de las necesidades realmente básicas para vivir: aire, agua, alimento, albergue, amor, arte, aprendizaje. A partir de estas reflexiones se cuestiona la definición de salud como “un estado de normalidad”, ya que naturalmente se comprende la salud como un proceso que puede ser cada vez más saludable, percibido justamente por la alegría manifestada en lo cotidiano.
[7] Palabra que nos enseñó Vicente Aguilera, amigo y médico ecuatoriano. “CORAZONAR, busca re-integrar la dimensión de totalidad de la condición humana, decir seres humanos es reconocer que estamos formados por razón y corazón. CORAZÓN-AR quiere decir que el corazón no excluye, no invisibiliza la razón, sino que por el contrario, el CO-RAZONAR le nutre de afectividad, a fin de que se descolonice su carácter perverso, conquistador y colonial que históricamente ha tenido”.
[8] “Salud de los Ecosistemas” es una propuesta de Julio Monsalvo, que expresa la concepción de salud que emerge del paradigma biocéntrico. Es un concepto integrador de las propuestas sociales y ecológicas que constituyen el amanecer de este “otro mundo posible”. Asumir la Salud de los Ecosistemas es sentir que le pertenecemos a la Naturaleza y entonces, entender que la salud es una sola, porque los seres humanos somos parte del ecosistema.
viernes, 28 de octubre de 2011
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INVESTIGACIÓN DIALÓGICA, RESISTENCIA AL PENSAMIENTO ÚNICO
Por: Alfredo Ghiso*
“Construir un paradigma alterno requiere creatividad con el fin de seleccionar los tópicos adecuados de investigación y fundamentarlos como sujetos pertinentes de estudio y acción. Ojala se haga esto sin peligros de violencia o amenazas de intereses creados, como ha ocurrido antes. Aquí es donde se juegan la imaginación y el coraje unidos en la construcción de la ciencia: los necesitamos a ambos con urgencia y con características holísticas, con el fin de superar nuestras presentes frustraciones y curar la parálisis parcial que sufrimos ante tan agudos problemas. Se precisa coraje e imaginación para convertirnos en constructores y defensores eficaces de culturas y civilizaciones protagonistas en la búsqueda de un desarrollo que nos dignifique, nos reconcilie con la naturaleza y abra espacios para intervenir en la definición del futuro.”[1]
Orlando Fals Borda[2]
En su memoria.
"Prohibido pensar", o "Déjenos pensar por usted".
(Reflexiones sobre contextos vividos)
La historia de la imposición de un “pensamiento único”[3], en occidente, data de varios siglos, tanto como las luchas de resistencia; siendo esta contradicción uno de los motores de la historia. En estas gestas emancipadoras muchos han caído debajo de la espada, el hacha, la guillotina, otros miles han sido quemados, fusilados, encarcelados, desaparecidos, desplazados y exiliados. En su nombre se han incendiado bibliotecas, hecho cenizas libros, ardido escuelas y universidades. Reyes, tiranos, religiosos, dictadores, líderes, medios y tecnologías de la información y comunicación han estado vinculados a su promoción, difusión e imposición, buscando hacerlo norma y normal, naturalizándolo en la cotidianidad, volviéndolo creencia y cultura de los pueblos y certificándolo en sus instituciones. La sociedad en sus inercias lo ha legitimado, lo ha creído y busca refrendarlo.
Pero, ¿Qué es el pensamiento único? Podríamos pensar que es la versión en términos ideas, conceptos, valores, argumentos y justificaciones de un conjunto de intereses patrocinados por fuerzas político-económicas hegemónicas. Hoy, están asociadas al capital internacional y se expresan por medio de instituciones económicas y monetarias como: Banco Mundial, Banco Interamericano de desarrollo, Fondo Monetario Internacional, Organizaciones de Cooperación y Desarrollo, entre otras, y de acuerdos económicos como los Tratados de Libre Comercio.
Es por medio de financiaciones, créditos y planes de ayuda que vinculan y certifican, al servicio de sus ideas e intereses, numerosos centros de investigación, universidades, organismos estatales, organizaciones no gubernamentales y medios de comunicación masiva que, apoyados en los avances tecnológicos, perfilan y expanden este discurso anónimo que parece de todos; este pensamiento naturalizado; esta certidumbre verosímil que es retomada, reproducida y enriquecida en la cotidianidad de los pueblos del planeta.
Algunas facultades de ciencias sociales, económicas y políticas, y algunos investigadores, docentes, periodistas, ensayistas y políticos legitiman y se hacen eco de las principales tesis que fundamentan el pensamiento único; que, en palabras de HUGO ZEMELMAN, (2007) darían cuenta de “los parámetros de lectura que impone la lógica del poder en su capacidad para imponer una mirada a la realidad circundante.” El autor entiende por lógica del poder “la visión de la realidad y de sus posibilidades vinculada a la exigencia de las políticas dominantes, no en una aceptación coyuntural sino estructural y de largo tiempo”; dejando a los grandes medios de comunicación a algunos miembros de la academia, su divulgación y reproducción simbólica.
Es por ello, que en la actualidad, éste no requiere de ningún inquisidor, porque cualquier pensamiento de resistencia simplemente se neutraliza, se homogeniza, se empaqueta y se pone de moda. Así se lo inhibe, trastorna, paraliza y se lo sofoca. Por eso se enquista en todos los ámbitos configuradores de subjetividades: los medios de comunicación, la política, la economía y las preferencias sociales; expresándose en el mercado, en los deseos y sueños de la gente, en la literatura, en la publicidad, en el ocio, en la ideología, en toda cotidianidad. Convirtiéndose en una doctrina única, homogenizadora, autorizada por un invisible y omnipresente aduanero, vigilante de lo que se dinamice en la opinión pública.
Este dogma, tiene una característica que es bueno advertirla, impide la posibilidad de visualizar nuevos modelos, por fuera del hegemónico. Se impone frente a lo que aparece como lo radicalmente otro; por ello lo diverso es atacado de manera agresiva propiciando visiones uniformizantes y actitudes intolerantes. Un pensamiento que reduce la diversidad, que restringe las posibilidades de ser, que redondea las aristas y que se impone de manera violenta sobre los nichos donde los sujetos configuran su condición humana desde las contradicciones, marcadas en la actualidad por un pensar provisional, atemporal, efímero, precario, momentáneo, frágil, débil. El pensamiento único silencia la dimensión histórica de la realidad social y a través de múltiples mecanismos de exclusión, informativos o de consumo inhabilita a las personas para reconocer cómo llegaron a ser lo que son, lleva a desproblematizar el presente y el futuro, asumiéndolos como los únicos posibles. Pensamiento que consagra al mercado como el único agente de regulación social.
Lo más grave es que desde éste lugar no va a darse una propuesta que se contraponga al modelo neoliberal de sociedad. Es trágico reconocer que siendo seres soñadores, las condiciones estructurales y las dinámicas de constitución de subjetividades nos han llevado a dejar de soñar, ámbito en el que germina el deseo por el conocimiento, los lenguajes y las imágenes con las que pensamos; por eso es que la emoción, la imaginación, la ensoñación, el juego, el goce estético de las relaciones intersubjetivas quedan limitadas, eliminadas o exiliadas por el pensamiento único; esto se debe a que los intercambios simbólicos se consideren, sólo, en la lógica enajenación o de la alienación y se los entiende como valor de cambio y con su correspondiente ganancia.
La manipulación de las emociones y del pensamiento es tan grande que las personas olvidan de someter a reflexión permanente todo aquello que se les propone, les dice, o todo aquello que hacen, llegando al extremo de creer normal, racional, digno y ético, lo que es anormal, irracional, indigno y mentiroso. Esta manipulación se transmite a las futuras generaciones a través procesos educativos acreditados y estandarizados que imponen un pensamiento único globalizado, mediante enseñanzas a-críticas y a-históricas, donde el constructivismo dialógico es ineficiente, por lo que se rescata el modelo de trasferencia informativa, lo que supone trasmitir el conocimiento desde la neutralidad valórica y la objetividad, difundiendo una serie de modelos o estereotipos como herramientas de conocimiento y promoviendo un tendencia ideológica caracterizada por el silencio, la conformidad y el no cuestionamiento de las exclusiones y desigualdades mantenidas y producidas por el modelo.
Pensamiento único e investigación social
Entre los rasgos distintivos del pensamiento único podemos resaltar algunos, que afectan profundamente las formas de entender el conocer, el pensar y el indagar. En este marco perduran los reclamos por la neutralidad, objetividad y cuantitatividad, se hace evidente la exigencia de un conocimiento rápidamente eficaz, aplicable, pragmático y sobre todo mercadeable.
El pensamiento único no admite reflexividades que pongan en duda valores que atenten la oferta de productos/respuesta y su relación con los medios masivos de comunicación y el mercado; por eso, es enemigo del proceso de creación, de la “poiesis” social, de lo sutil e impalpable de los imaginarios simbólicos y de los sentidos que generan incertidumbres y ruidos en las interacciones entre los sujetos y de éstos con los bienes materiales.
El pensamiento único siempre tiende a ennoblecer al sujeto que consume, aplica, ejecuta conforme a lo normado y certificado, pero somete y estigmatiza al sujeto creador, que cuestiona, que relaciona el pensar con el hacer y que se resiste a perder su autonomía. El pensamiento único profundiza las diferencias entre los que piensan y los que hacen, entre la teoría y la práctica, entre los que prescriben el método y los que siguen la receta. Un pensamiento que niega a la reflexividad necesaria al decidir y actuar, que le teme a la inquietud y a las irregularidades; un pensamiento que aísla la diversidad para generar homogeneidades manejables, excluibles y desechables. Un pensar para receptores, complacientes, pasivos; ineficaz cuando de ganar autonomías se trata; un deliberar que se aquieta y amedrenta a la hora de recrear el actuar y instaurar las respuestas.
En otras palabras: “Estos límites plantean además las opciones sociales desde las que se construye el conocimiento: lo que significa entender a la realidad desde las exigencias del cómo y para qué construirla en una u otra dirección. Reviste un significado relevante cuando observamos que los parámetros se imponen sin mediar muchas veces conciencia alguna del investigador, son los que confieren a los fenómenos el estatus de reales: con el agregado de establecer su identidad como única y excluyente de otras posibles.” (ZEMELMAN, 2007: 06)
Al seguir esta ruta se pone más atención en transferir y extender un conocimiento restringido, etiquetado, organizado, que permita un hacer eficiente y de acuerdo con los manuales de productividad y calidad; lo que implica evitar, en el proceso de formación el pensar “entendido como la capacidad de romper con los límites de lo establecido” (ZEMELMAN, 2007: 07) De esta manera algunos investigadores restringen su imaginación y su creatividad y terminan por admitir las barreras impuestas por “las epistemes institucionales”, dedicándose a labores instrumentales, a veces sofisticadas y sutiles, pero dependientes de los requerimientos que plantean las hegemonías en el poder, siendo su tarea la de medir factores, describir, apreciar, aplicar indicadores y valores; desconociendo, muchas veces, que se lo ha inhabilitado epistemológica, política y éticamente para indagar en lo profundo de los hechos sociales: historia, contradicciones, conflictos y potencialidades. (ZEMELMAN, 2007: 07- 08)
Las actividades investigativas y académicas, como todas las prácticas sociales están siendo penetradas, manipuladas, orientadas y utilizadas por quienes limitan “su inteligencia a una habilidad profesional o técnica; ya que se desconoce su naturaleza rupturista que requiere intelectuales capaces de conocer de lo más específico, aunque sin perder una visión de lo global, por lo menos en la acepción de hacer parte de un proceso más amplio y de naturaleza transcoyuntural. La ciencia requiere de la permanente construcción de nuevos ángulos desde los cuales construir conocimiento…” (ZEMELMAN, 2007: 12) lo que es imposible si se recurre a la lógica que impone lo que hemos venido denominando: “pensamiento único”.
Diálogo como práctica social de resistencia.
“Las personas no son idiotas culturales” afirmaba Garfinkel y se puede evidenciar como en la historia humana han habido grupos sociales, pueblos y/o comunidades que han creado condiciones, formado habilidades y dispuesto de capacidades para entablar diálogos, con el fin de recrear prácticas culturales, acceder y apropiarse de conocimientos con el fin de interpretar la realidad, crear o recrear las estructuras culturales, sociales y económicas.
El diálogo es el ámbito del encuentro donde las personas se potencian para la tarea común de saber y actuar; es la fuente de poder desde su eventual carga de criticidad y realidad contenidas en la experiencia, las interacciones, los lenguajes y las palabras. Sin querer plantear imágenes ilusorias o para alguno retomar un viejo fetiche, la práctica dialógica tiene la potencia y la capacidad de reinvención, de reconocimiento y de conocimiento. El diálogo es una actitud y una praxis que impugna el autoritarismo, la arrogancia, la intolerancia, la masificación, porque es la forma de superar los fundamentalismos y de posibilitar el reconocimiento de los campos de acuerdos y desacuerdos, de equilibrios y de conflictos entre semejantes/diferentes.
Como toda práctica social el diálogo es intencionado, interesado, generado desde opciones y “Si el diálogo es el encuentro de los hombres para ser mas, este no puede realizarse desde la desesperanza. Si los sujetos de diálogo nada esperan de su quehacer, ya no puede haber diálogo. Su encuentro allí es vacío y estéril. Es burocrático y fastidioso.” Decía Paulo Freire en 1970; y agregaba “El diálogo es una exigencia existencial. Y siendo un encuentro que solidariza la reflexión y la acción de sus sujetos encauzados hacia el mundo que debe ser transformado y humanizado, no puede ser reducido a un mero acto de depositar ideas de un sujeto en el otro, ni convertirse en un simple cambio de ideas consumadas por sus permutantes.”
El diálogo es el nicho de interacción en el que se otorgan significado y se descubren los sentidos de las prácticas, los deseos, las aspiraciones, los sueños, las esperanzas y la historia, al posibilitar el intercambio de discursos y de conversaciones críticas cargadas de realidad y de posibilidad.
“La existencia en tanto humana no puede ser muda, silenciosa, ni tampoco nutrirse de falsas palabras sino de palabras verdaderas con las cuales los hombres transforman el mundo. Existir humanamente es pronunciar el mundo.” “Los hombres no se hacen en el silencio, sino en la palabra… decirla no es privilegio de algunos sino derecho de todos los hombres.” “El diálogo es este encuentro de los hombres, mediatizados por el mundo, para pronunciarlo.” “No hay diálogo verdadero si no existe entre los sujetos un pensar verdadero. Pensar crítico que, no aceptando la dicotomía, mundo hombres, reconoce entre ellos una inquebrantable solidaridad. Este pensar percibe la realidad como un proceso, que la capta en constante devenir y no como algo estático. La forma de pensar no se dicotomiza a si misma de la acción y se empapa permanentemente de temporalidad, a cuyos riesgos no teme.” afirmaba Freire
La construcción dialógica quiebra el pensamiento único, por la presencia subversiva de la pregunta, de la duda, de la insatisfacción, de la indignación frente a la realidad. La pregunta alimentadora del diálogo emerge como afirmación del sujeto, capaz de correr riesgos, capaz de resolver la tensión entre la palabra y el silencio, entre lo que piensa y lo que hace, entre el yo, el tú y el nosotros. De esta manera la pregunta confronta la respuesta única y definitiva, la pregunta se repliega y refleja sobre si misma, porque en el diálogo como práctica social, tampoco existen preguntas definitivas. Por ello nos atrevemos a afirmar que toda reflexividad crítica es reflexividad dialógica
Investigación dialógica, práctica de resistencia
Existen sistemas teóricos en ciencias sociales que niegan el sujeto, dejando todo en manos de las estructuras de poder; Otras teorías que recuperan al sujeto señalan que es a través del diálogo que las personas se constituyen en agentes transformadores de sus contextos. Por ejemplo, las propuestas de metodología comunicativa crítica, consideran que las personas son actores capaces de elaborar interpretaciones reflexivas y de crear conocimiento; abandonando su instrumentalización y optando por categorías capaces de leer algo más que las incapacidades y los déficits, que impiden reconocerlos como sujetos sociales, dueños de sus vidas y proyectos.
Desde esta perspectiva de investigación social, la naturaleza de la realidad social es una construcción humana dialógica cuyos significados son construidos de forma comunicativa a través de la interacción entre las personas; por otra parte la realidad social se conoce en el diálogo, y el conocimiento es producto y productor de nuevas interacciones comunicativas. Por su lado, la metodología que se utiliza se genera relacionando tres conceptos asociados: diálogo, interacción, comunicación crítica donde las personas involucradas en el proceso participan develando los hechos, negociando comprensiones, ampliando explicaciones y proponiendo prácticas capaces de transformar.
La investigación social dialógica como práctica social de resistencia no opera desde lo espontáneo, es una práctica intencionada, formativa y constructora de ambientes de reflexión y autorreflexión (crítica), y de intersubjetividad (comunicativa). El problema aquí no son las técnicas de generación de información, (reconociendo que no hay técnicas neutras) la clave de su diseño y aplicación está en la naturaleza e interés que las configura: comunicación, interacción y diálogo crítico.
La investigación dialógica requiere entonces refundamentar metodologicamente el preguntar, describir, relatar, escuchar, opinar, interpretar y comprender. La orientación dialógica busca el conocimiento en la interacción (conflictiva y tensionante) de los sujetos, reconociendo que los procesos de interpretar y dar sentido a la realidad requieren del reconocimiento y del dialogo entre inteligencias culturales y conciencias práxicas. Es a través de la intersubjetividad, de la interacción con el entorno y de la capacidad de reflexión y autorreflexión que se propicia el análisis de la realidad más reflexivo y crítico. A este proceso de construcción de conocimiento basado en la comunicación y diálogo lo denominamos investigación dialógica, esta no es compatible con epistemes o lógicas de poder que impongan lo que es bueno o verdadero mediante ejercicios autoritarios, persuasivos o represivos, propios de la divulgación y aplicación del pensamiento único.
En la investigación dialógica, la reflexión crítica, el avance en un conocimiento para la acción transformadora, se genera en el cruce de voces, sin que ninguna de ellas tenga privilegios sobre las otras. Porque en esta propuesta investigativa no se pretende hablar de los otros, sus contextos y de sus textos; sino con los otros, sus contextos y textos. La investigación dialógica forja el ambiente en el que el otro, el silenciado, recupera su voz, conquista su expresión como diferente y por lo tanto la verdad. Por esto, el texto con mayúsculas, no existe como único, sino que se lo reconoce como configuración de un acuerdo producto de contrastaciones, comparaciones y convergencias entre múltiples textos.
El conocimiento dialógico implica la existencia de sujetos en disposición de encontrase crítica y dialécticamente con el logos, los argumentos, las imágenes, experiencias, percepciones y comprensiones de otros sujetos, donde ambos viven la tensión de conquistar, recuperar su capacidad de expresión. El problema de la tensión dialógica no está situado en la mismidad sino en el ser-en-lo-otro: mi lugar en el mundo es también el lugar de otro, del prójimo, del semejante. Y la semejanza, lo no idéntico, lo que no es lo mismo ni igual, lleva entonces la marca de una diferencia. "El otro - no es solamente un alter-ego, es aquello que yo no soy" (Levinas, 1994).
En este tipo de ejercicios investigativos la verdad no está allí, en algún lugar o momento para que se "descubra", sino que es una emergencia interesada, construida en un contexto cultural específico por sujetos que optaron por el diálogo, por ello es que no es una, ni única. Lo que nos permite suponer o sospechar que hay otras verdades posibles, otras miradas o interpretaciones de la realidad que entrarán a debatirse. (La dialéctica pervive en la investigación dialógica)
La investigación dialógica opera en torno a tres potencias necesarias, pero no suficientes en los sujetos que conocen:
ü La potencia de “comprensión dialógica" como posibilidad de leer en profundidad y de acercarse al sentido; reconociendo que nunca es un sentido único.
ü La potencia de la expresión, pone en escena, voces, trazas, huellas, textos.
ü La potencia de la apropiación de la palabra, el saber, la experiencia, la teoría ajena en mi.
Para que esas se den, se requiere que a lo largo del proceso de investigación dialógica se posibiliten experiencias, que potencien:
ü Autoconocimiento. que permite una clarificación de la propia manera de ser, pensar y sentir. Donde las personas descubren los puntos de vista y valores personales, posibilitando un conocimiento progresivo y crítico del sí mismo.
ü Autonomía es la persona la que establece sus propias opciones en torno a principios de valor -éstos no le vienen impuestos desde fuera- y es ésta la que se organiza para actuar de acuerdo con ellos.
ü Coorregulación. Lo que permite promover la autonomía y capacidad de acordar derroteros que permitan al colectivo una mayor coherencia de entre las opciones y acciones.
ü Apertura, escucha crítica y activa. Que facilita salir del individualismo y hablar de todas aquellas certidumbres o incertidumbres, de los problemas no resueltos que preocupan a nivel personal, grupal y/o social. El diálogo supone apertura para poder reconocer, comprender y valorar los diferentes puntos de vista e intentar llegar a un entendimiento, a un acuerdo justo, emocional y racionalmente motivado.
ü Compromiso con la transformación del entorno. Disposición a formular propuestas, hipótesis, preguntas contextualizadas en las que sea necesario poner en común el conocimiento crítico de la realidad y las opciones o posturas relacionadas con la implicación política, ética, social y ambiental y el compromiso (no solo responsabilidad) asumido al llevar a cabo un proyecto investigativo dialógico.
ü Comprensión crítica de la realidad contextualizando y contrastando los diversos puntos de vista, y formando actitudes de entendimiento y compromiso para transformar las condiciones de vida y convivencia.
ü Empatía y perspectiva social potencias que posibilitan incrementar el reconocimiento de los demás, guiadas por valores de organicidad, cooperación, solidaridad.
El proceso investigativo dialógico busca resistir al pensamiento único desde la negociación de entre diversas lecturas de la realidad, situándose en los dominios socioculturales propios de los sujetos por consiguiente la propuesta no puede reducirse a un inventario de pasos y de técnicas que un grupo de investigación aplica convirtiendo el proceso cognitivo en a un acto mecánico. Todo lo contrario, la investigación dialógica es “un proceso de búsqueda de conocimiento y por lo tanto de creación, exige de sus sujetos que vayan descubriendo en el encadenamiento de temas significativos, la interpretación de los problemas.” (FREIRE, ) Esen este proceso relacional, de encadenamiento, comparación, ubicación y de contextualización que los involucrados, en la investigación dialógica, van potenciandose lo que hace de la investigación una practica social formativa, porque estas “dejan de perderse en los esquemas estrechos de visiones parciales de la realidad, de las visiones focalistas de la realidad, se (fijan) en la comprensión de la totalidad” (Ibíd. 129)
Adendas
“Somos activos, curiosos, trasformadores, capaces de correr riesgos, de ir más allá…”
Paulo Freire
TEXTOS CONSULTADOS
FREI BETTO: “Efectos del pensamiento único”(S/D)
FREIRE PAULO:
“Creando métodos de investigación alternativos: aprendiendo a hacerlo mejor a través de la acción. Pátzcuaro, Crefal (mimeo). 1970a
Educación como práctica de la libertad. Bogota, Ediciones Pepe. 1970b
“Extensión o comunicación” Bogotá, Editorial America Latina, 1970c
“Extensión o comunicación” Bogotá, Editorial America Latina, 1970c
“Cambio” Bogotá, Editorial América Latina, 1970d
“Pedagogía del oprimido” México, SXXI, 1970e.
“Concientización”, Bogotá, Asociación de publicaciones educativas, 1974.
“La dimensión política de la educación” Quito; CEDECO
“La naturaleza política de la Educación” Barcelona, Paidós, 1990.
“Pedagogía de la Esperanza” México, SXXI, 1993 Segunda edición corregida y aumentada 1996.
“Cartas a quien pretende enseñar” México, SXXI , 1994a.
“Educación y participación comunitaria” En Nuevas perspectivas críticas en educación. Barcelona, Paidós, 1994b.
“Política y Educación” México SXXI, 1996
“Educación en la Ciudad” México , SXXI, 1997a.
“Pedagogía de la Autonomía” México, SXXI, 1997b.
“Pedagogía de la indignación” Madrid Morata, 2001
FREIRE, P.; ILLICH, I y FURTER, P.. Educación para el cambio social. Buenos Aires: Tierra Nueva. 1974
RAMONET IGNACIO “El pensamiento único” En: le Monde Diplomatique” Domingo 21 de agosto de 2005.
“Pensamiento crítico vs. Pensamiento único” En: Le Monde Diplomatique
SANDÍN MÁXIMO “¿Pensamiento único o ausencia de pensamiento? Una llamada a la reflexión.” Julio, 2004
ZEMELMAN HUGO 2007 “De la esperanza a la lógica de la potenciación” (inédito) México.
Tensiones y desplazamientos necesarios en el proceso del conocer dialógico |
Saber/No saber |
Sujeto receptor/ sujeto creador |
Praxis/ Realidad |
Acción/ reflexión/ Nueva acción |
Subjetividad – reflexividad – percepción/ Objetividad- hechos concretos |
Contexto situacional/ contexto teórico/ contexto gnoseológico – dialogo- |
Mapa semántico para el desarrollo de nuevas categorías de fundamentación de la investigación dialógica.
Categoría conceptual | Dimensiones dialécticas (campos de tensiones praxicas) | Dimensiones explicativas/Comprensivas |
Dialogo | Nicho gnoseológico Experiencia emocional, socioculturalmente compartida Construcción intersubjetiva Configuración interactiva | Historica Patrón cultural fundante No solitaria Subjetiva, intersubjetividad Actividad, interactividad |
Resistencia | Reificación/Subjetivación Inconciencia/Conciencia del sistemas de necesidades | No conformarse Indignarse Atreverse a pensar supone la necesidad de ser sujeto Capacidad de actuar Conciencia de que se puede hacer. Creación de circunstancias, no dejarse aplastar por ellas. |
Convergencia/ divergencia | Único, múltiple, complementario contradictorio acuerdos, desacuerdos Instituido/instituyente Heterogeneidad/ Homogeneidad Norma, regla, ley, protocolo Orden Epistemes instituidas e institucionales Epistemes instituyentes/ generadoras, movilizadoras | Conflictividades Negociaciones culturales Circulación de poderes Ejercicio de poderes Etnocentrismos Autonomías heteronomías |
Inamovibles | Invariantes/variantes Cierto/ Incierto Estructuras/ Coyunturas | Emergencias |
Contextualización | Problematización Desnaturalización/naturalización Legitimaciones | me muevo en el movimiento del contexto darse cuenta de lo que acontece Reconocer lo emergente |
Creatividad | Discursos/ Acción Ruptura de inercias/rutinas estandarizado preestablecido, burocratizado | las preguntas que se vinculan con la práctica las respuestas incluyen la acción que generó la pregunta Distintas entradas a un tema Desplazamiento del pensamiento fuera de la pregunta y su respuesta |
Verdad | Un proceso, Una búsqueda TAO | Vivir la curiosidad Rehacer la pregunta, Práctica de preguntar |
*Alfredo Ghiso Cotos: Docente investigador, Coordinador del Laboratorio Universitario de Estudios Sociales, Grupo de investigación Categoría A. Centro de Investigaciones Fundación Universitaria Luís Amigó. Docente a cargo de los cursos de Investigación social, Diseño cualitativo y Pedagogía social en las facultades de Ciencias sociales y Humanas, Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia. Consultor Instituto Paulo Freire, Sao Paulo. Br. Miembro del Programa de Sistematización CEAAL. Correo electrónico: aghiso@funlam.edu.co
[1] Notas del congreso mundial de Convergencia en investigación participativa. Cartagena 1997
[2] Fallecido el 12 de agosto de 2008, en Bogotá, Colombia.
[3] Utilizo “pensamiento único” como una imagen potente que me permite referirme a hechos y actitudes; también como una categoría discursiva generadora y movilizadora de reflexiones críticas. En este texto no se asume como un concepto ubicable en alguna tradición filosófica o sociológica.

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